Opinión

Nube Viajera: Voy al mandado

Tengo varios mandados que hacer entre hoy y mañana para ya montar mi altar de muertos
viernes, 9 de octubre de 2020 · 01:52

Medio  esquizofrénicos, medios bipolares. Medio mezcla de culturas, medio amantes de los arroces y de los panes europeos, pero también de los pipianes y los panes sin mantequilla. Eso somos nosotros, una mezcla de idiosincrasias. 

Eso tiene mi altar de muertos, un poquito de alfeñiques y papel picado, pero también una noche donde se sirve pumpkin pie.

Tengo varios mandados que hacer entre hoy y mañana para ya montarlo y porque nos gusta ver el altar de muertos al menos unas tres semanitas en la entrada de la casa. Nos recuerda lo que somos, lo que nos gusta y a los que nos quisieron. Volvamos a los mandados. 

Vi que en Criollo andan horneando un pan de muerto color negro. Oaxaca me queda lejos, pero quiero probarlo y quizá ocuparía el lugar central de un altar que ando queriendo hacer en colores grises, negros, blancos con muchísimo cempasúchil y terciopelo. Velas, me faltan muchas velas y las quiero en formatos pequeñitos. 

La pasadita a la cerería de Jesús en el centro de la ciudad es clave. Velas escamadas -de esas de fiesta patronal-, veladoras y un par de cirios; y acabo de ver unas negras con base de cráneo que ya imaginé coronando junto con las fotos de mis abuelos y mucho tequila. 

El mandado más importante que he venido postergando es el de la feria del alfeñique en Toluca. Nos encanta la chacharería y necesitamos calaveritas, tumbas, platos miniatura de mole, de tamales, de tacos y de enchiladas. Ojalá encontremos las mesitas también miniatura repletas de platitos, jarritos, cazuelitas y botellas de cerveza.

Ando con el pendiente de pedirle a mis amigos de Reserva de la Familia tres botellitas de sus tequilas, también en pequeñito, Balero ya tengo para conmemorar a todos mis amores amantes del vino y mezcal creo que a nadie de mis muertos le gustaba. A mi tampoco. Pensé que este año voy a poner también una rueda de Brie, como aquélla gigante que antes de que abriera el comercio con el extranjero, mi abuelo traficaba de Francia a México en su espalda. Los buenos tiempos sin rayos equis.

Me falta el mandado del camarón seco que me gusta comprar en el mercado de El Chorrito para hacer tamales de camarón. Me fascinan, así amarraditos y con hoja de maíz, así como para acompañarse de frijoles, de una crema de rancho y de una de las salsas con las que traigo obsesión de tomates y manzano tatemados, con algo de ajito. Traigo prisa y cantidad de cosas que hacer. Quizá podría sustituir todo por un pedazo gran de papel picado y un par de veladoras que le indiquen a mis muertos el camino al gozo pero no,  pecamos de muy mexicanos, de mestizos, de medios esquizofrénicos y medio bipolares. Pero nos hace inmensamente felices.

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