Las albóndigas es uno de esos clásicos de la cocina hogareña que todo el mundo debería preparar una vez en la vida para disfrutar su sabor, y aunque parezcan un plato sencillo, en realidad se trata de una preparación que tiene su truco, ya que no siempre es fácil hacer que mantengan su forma al cocinarlas. Este es uno de los errores más comunes que puedes cometer al hacer albóndigas y nosotros te vamos a decir cómo solucionarlo.
Si tu carne para albóndigas no tiene suficiente cohesión, esta se va a deshacer en el sartén o en el caldo en el que vayas a cocinar la carne. Aunque existen muchos trucos para evitar este problema, hay un ingrediente muy sencillo, económico y eficaz que puede ayudarte a obtener carne para albóndigas firme y con una textura que quedará deliciosa una vez que cocines tus albóndigas favoritas.
Se trata del arroz, que gracias a su textura pegajosa una vez que está cocido, podrás obtener albóndigas más sabrosas, compactas y agradables, ya que mantendrán su forma y quedarán suaves en el interior. Lo mejor de todo es que este truco lo puedes aplicar en cualquier receta de albóndigas que tengas o quieras preparar. Se trata de un ingrediente muy versátil, pero que debes ocuparlo de la forma correcta para que surta efecto.

Arroz, el mejor aliado que tendrás para hacer albóndigas
Para poner en marcha el truco, solo necesitarás preparar un cuarto de taza de arroz con media taza de agua sin ningún saborizante ni sazonador. Lleva ambos elementos a una olla y cocina a fuego bajo. Cuando la mezcla comience a hervir, tapa tu olla para que el arroz pueda absorber completamente el agua, y una vez que esto haya sucedido, retira el arroz del fuego, déjalo enfriar por completo y podrás utilizarlo en tu carne para albóndigas.
Cómo utilizar arroz para lograr albóndigas perfectas
Una vez que tengas el arroz cocido, deberás mezclarlo con 500 g de carne, el huevo y los condimentos de tu receta. Así, el arroz actuará como un aglutinante natural que unirá todos los ingredientes de forma efectiva. Pero procura dejar reposar la mezcla en el refrigerador durante al menos 30 minutos antes de formar tus albóndigas. Esto le dará una mejor textura a las mismas y te dará tiempo para preparar el caldo u otros elementos de tu receta.
Gracias a este ingrediente extra, tus albóndigas no solo conservarán bien su forma y serán mucho más fáciles de armar, también quedarán con una textura bastante suave y un sabor único, mismo con el que puedes experimentar según la forma de cocción que elijas para la carne, ya que puedes utilizar esta técnica para albóndigas en caldo o albóndigas fritas. Y una vez listas, las puedes integrar a toda clase de platillos, desde guisados hasta ensaladas y pastas. La creatividad es el límite.