La chaya (Cnidoscolus aconitifolius) es una planta tradicional de la cocina del sureste de México, especialmente apreciada en estados como Yucatán, Campeche y Tabasco. Sus hojas verdes, de aspecto similar a la espinaca, se utilizan para preparar guisos, tamales, caldos y bebidas por su alto contenido de nutrientes como hierro, calcio, vitamina C y proteínas. Sin embargo, es fundamental saber que la chaya cruda contiene compuestos que pueden resultar tóxicos si no se preparan correctamente.
Uno de los riesgos más conocidos al consumir chaya sin cocer es la presencia de glucósidos cianogénicos, sustancias que liberan ácido cianhídrico. Aunque en cantidades moderadas el organismo puede eliminar este compuesto, su consumo excesivo o frecuente en crudo podría ocasionar dolores de cabeza, náuseas, mareos e incluso intoxicación grave. Por ello, a pesar de su gran valor nutricional, es importante informarse sobre las prácticas seguras antes de incorporarla a tu dieta.
Afortunadamente, con la cocción adecuada, la chaya es completamente segura y puede disfrutarse como un alimento saludable y económico. Si te interesa incluirla en tu alimentación, a continuación te compartimos las recomendaciones para prepararla sin riesgos y aprovechar todos sus beneficios.

¿Cómo consumir la chaya de forma segura?
El paso más importante es nunca comer las hojas crudas. Antes de su consumo, deben someterse a cocción, ya que el calor destruye los compuestos tóxicos. Para ello, lava bien las hojas frescas y retira los tallos gruesos. Después, hierve en abundante agua por al menos 15 a 20 minutos. Este proceso reduce prácticamente a cero los niveles de cianuro natural presentes en la planta.
Es importante recalcar que el líquido resultante de esta cocción debe desecharse, pues contiene parte de las sustancias liberadas durante el hervido. Nunca utilices esta agua para preparar caldos o bebidas. Una vez cocidas, las hojas pueden incorporarse a guisos, sopas, omelets, empanadas, tortillas o licuados siempre que se hayan hervido previamente.
Si prefieres preparar bebidas de chaya, como los refrescos típicos del sureste, primero debes hervir las hojas y después escurrirlas antes de mezclarlas con agua, jugo de limón y endulzante. De esta manera, se disfruta su sabor y valor nutritivo sin riesgo de toxicidad.

Propiedades y beneficios de la chaya cocida
Consumida de forma adecuada, la chaya aporta una gran cantidad de nutrientes esenciales. Su contenido de hierro ayuda a prevenir la anemia, mientras que el calcio favorece la salud ósea. Además, sus antioxidantes contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico y a proteger las células contra el daño oxidativo.
La chaya cocida también es rica en fibra, lo que favorece una digestión saludable y contribuye a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Por estas propiedades, suele recomendarse como parte de dietas balanceadas para personas con diabetes o problemas digestivos, siempre bajo supervisión profesional.
Por si fuera poco, su bajo costo y facilidad de cultivo la convierten en un alimento accesible que puede complementar la alimentación diaria de manera nutritiva y económica. Cultivarla en casa es sencillo si se cuenta con un clima cálido y espacio suficiente para que la planta crezca.