El agua de lluvia es un recurso muy valioso que muchas veces suele pasar desapercibido y sin aprovecharse. En temporada de lluvia, recolectar este recurso puede ayudar no solo a reducir nuestro impacto en el medio ambiente y el consumo de agua potable, sino también a hacer más sustentables las labores del huerto y el hogar. Por eso, usarla correctamente puede representar un ahorro económico y una reducción de nuestra huella hídrica muy importante.
Aunque no suele ser apta para el consumo humano directo sin el tratamiento adecuado previo, el agua de lluvia se puede aprovechar de múltiples formas en el hogar, sobre todo si la almacenamos adecuadamente. Usarla es una práctica cada vez más común en zonas urbanas, rurales y en hogares en donde se buscan alternativas sostenibles frente a las sequías continuas y el cambio climático.
Tanto en los cultivos domésticos como en la cocina, el uso del agua de lluvia puede hacer una gran diferencia. Por eso, aquí te vamos a explicar cómo sacarle el mayor provecho según el espacio en el que decidas implementarla, teniendo en cuenta que el uso del agua de lluvia debe darse de manera correcta para evitar que esta represente un riesgo para tu salud. Sigue nuestros consejos y aprovecha al máximo este recurso natural.

En el huerto
Usar agua de lluvia en el huerto es una de las zonas más sencillas y efectivas de aprovechar este recurso. Al no contener cloro ni otros químicos pesados presentes en el agua tratada, este tipo de líquido resulta mucho más amigable con las plantas y cultivos. Puedes recolectarla en barriles, cubetas o tambos y utilizarla de forma directa para regar árboles frutales, hortalizas o cualquier otro cultivo que tengas dentro y fuera de tu hogar.
Si decides almacenar el agua de lluvia para usarla después, es importante que cubras muy bien los recipientes en donde la coloques para evitar la formación de criaderos de mosquitos o la contaminación con elementos como hojas y tierra. Con esta precaución, el agua que almacenes se mantendrá limpia y segura para utilizarla como riego en tus plantas, incluso después de los días de lluvia en los que fue recolectada.
En la cocina
Aprovechar el agua de lluvia en la cocina es un poco más complejo. Aquí se puede utilizar para actividades de limpieza como lavar los trastes, limpiar superficies o fregar el piso. Además, si la almacenas correctamente, también puede llegar a ser muy útil para el lavado de frutas y verduras antes de desinfectarlas correctamente con los productos adecuados.
No obstante, es muy importante que evites usar agua de lluvia para cocinar o para beber, ya que esta no cuenta con el tratamiento necesario para que pueda ser consumida de forma segura. También debes evitar su uso directo en alimentos que no se vayan a desinfectar o cocer después, ya que es posible que tenga microorganismos que puedan afectar tu salud. Lo ideal es siempre reservar el agua potable para tareas que tengan relación directa con los alimentos.