El queso es uno de esos alimentos versátiles que siempre debemos tener en casa en sus múltiples variedades, ya que podemos utilizarlo para una gran gama de platillos. Pero dejarlo guardado por mucho tiempo en refrigeración no siempre es buena idea, ya que al ser un derivado lácteo su conservación no suele ser muy extensa, y a menudo podemos encontrarnos con quesos que pueden estar echados a perder, aunque no lo parezcan.
Los distintos procesos de maduración a los que se puede someter a un queso pueden hacer que su aspecto usual se confunda fácilmente con otras señales que podrían indicar que está echado a perder. Por eso, muchas veces identificar un queso fresco tiene su truco. Conservarlos de forma adecuada en refrigeración y poner atención a su fecha de caducidad es clave para evitar riesgos a la salud, pero también hay algunas señales que pueden orientarte para identificar si un queso ya se echó a perder.
Ignorar estas señales puede llegar a ocasionarte molestias gastrointestinales muy graves, e incluso intoxicaciones, por lo que conviene conocer cuáles son los principales indicadores de que un queso ya está en mal estado. Aquí te vamos a contar cuáles son esas características en las que debes fijarte y qué indican la descomposición del queso, para que así evites cualquier problema de salud.

Olor desagradable
Muchos quesos tienen un aroma fuerte por naturaleza, pero si notas que el queso que tienes en tu refrigerador ya emite un olor rancio, con notas parecidas al amoníaco o simplemente diferente al que tenía cuando estaba fresco, entonces esta es una señal de que el queso ya no se encuentra en su mejor estado. Lo ideal es evitar comer este tipo de productos.
Manchas extrañas
Pon atención al color de tu queso. Si aparecen manchas extrañas de colores verde, azul o rosa, es muy probable que se trate de un hongo no comestible presente en el producto y debes desechar tu queso. Toma en cuenta que muchas variedades de queso desarrollan ciertos hongos como parte de su elaboración. Estos son totalmente normales y comestibles, por eso es crucial identificar en tu queso cuáles son los hongos que normalmente presenta y cuáles son aquellos que indican su descomposición.
Textura anormal
La textura de un queso puede variar mucho en función de la variedad que estés consumiendo, pero si el producto que tienes en las manos tiene una textura muy diferente a la que usualmente presenta cuando está fresco, entonces es probable que ya haya pasado su punto óptimo de consumo. Evita aquellos quesos que se vuelvan demasiado viscosos o que se endurezcan y se agrieten.