El jamón es uno de los embutidos más comunes en los hogares mexicanos, ya sea para preparar tortas, sándwiches o acompañar desayunos. Sin embargo, muchas veces se estropea antes de que podamos terminarlo, ya sea por mala conservación o por almacenarlo de forma incorrecta. Esto no solo representa una pérdida económica, sino también un riesgo para la salud.
Aunque suele venir empacado en plástico o papel, una vez abierto, el jamón comienza a perder frescura rápidamente si no se maneja adecuadamente. Cambios en el color, mal olor o una textura viscosa son señales claras de que ya no es apto para el consumo. Por eso, es importante saber cómo guardarlo correctamente para alargar su vida útil sin comprometer su sabor ni su calidad.
Evitar el desperdicio es posible si se siguen algunos consejos sencillos que no requieren de equipos especiales ni conservadores artificiales. A continuación, te explicamos la mejor forma de conservar el jamón por más tiempo y mantenerlo siempre listo para tus comidas.
¿Cómo conservar el jamón en casa y mantenerlo fresco por más tiempo?
La clave está en almacenarlo correctamente en el refrigerador. Una vez abierto el paquete, lo ideal es envolver el jamón en papel encerado o papel aluminio (nunca directamente en plástico), ya que esto permite que respire ligeramente y evita la humedad excesiva que puede acelerar su descomposición. Después, colócalo dentro de un recipiente hermético o en una bolsa tipo “ziplock”.
Otra recomendación es guardar el jamón en la parte más fría del refrigerador, generalmente en la parte trasera o en el cajón de carnes y embutidos. Ahí, la temperatura se mantiene más estable y evita los cambios bruscos que afectan su duración. Además, es importante no dejarlo fuera del refrigerador por largos periodos, ya que eso favorece el crecimiento de bacterias.
Por último, si no vas a consumir el jamón en pocos días, puedes congelarlo. Separa las rebanadas con papel encerado entre cada una y guárdalas en una bolsa para congelar. Así evitarás que se peguen y podrás descongelar solo la cantidad que necesites. Siguiendo estos pasos, tu jamón se mantendrá en buen estado hasta por dos semanas en refrigeración y varios meses en el congelador.
