Las cáscaras de mandarina son un recurso orgánico que sale directamente de la cocina y terminan en el bote de la basura. Sin embargo, en los últimos años se ha descubierto que este tipo de desechos pueden tener una segunda vida y ser una alternativa más ecológica para aquellas personas que buscan reducir el desperdicio.
Una de las tantas formas de aprovecharlas es colocar la piel de este fruto en una ventana o exterior para secarlas por completo y posteriormente darles la oportunidad de una segunda vida. Pero, ¿por qué se recomienda secar al sol y qué efecto tiene este proceso?
En esta ocasión podrás conocer la poderosa razón por la que se recomienda secar cáscaras de mandarina con la ayuda del sol y algunas formas en las que se pueden aprovechar estos retos de piel de la fruta, una vez que están completamente secos y su textura ha cambiado.
Por qué hay que secar las cáscaras de mandarina al sol antes de usarse
Secar cáscaras de mandarina al sol permite conservar sus aceites esenciales, antioxidantes y compuestos volátiles, convirtiéndolas en un remedio natural para problemas digestivos, respiratorios y de ansiedad. Sin mencionar que es un proceso completamente natural que permite manipular los restos orgánicos fácilmente.
Y sí, al secarse, estas cáscaras concentran sus propiedades y se pueden usar para hacer infusiones, aromatizar espacios o incluso como ingrediente en mezclas herbales. En la medicina tradicional china, se conoce como “chen pi” y se utiliza para fortalecer el sistema digestivo y aliviar la mucosidad.
Para secar las cáscara de mandarina simplemente hay que:
- Recolectar y lavar bien las mandarinas antes de pelarlas, asegurándote de eliminar cualquier residuo químico de la superficie.
- Después, corta las cáscaras en tiras delgadas o en trozos pequeños para acelerar el secado.
- Colócalas en un plato o bandeja limpia, asegurándote de que no se encimen.
- Déjalas secar al sol directo durante 3 a 5 días, volteándolas una vez al día para asegurar que se deshidraten de manera uniforme.
Una vez secas, podrás guárdalas en un frasco hermético, en un lugar fresco y seco. Aunque también tienes la posibilidad de triturarlas para obtener un fino polvo que sea mucho más sencillo de utilizar y así conservar los restos orgánicos hasta por meses sin perder sus propiedades.
Recuerda que este método, además de ser natural y económico, permite redescubrir el valor de ingredientes que normalmente se desechan, fomentando un estilo de vida más saludable y consciente. Ahora ya conoces la poderosa razón por la que muchas personas recomiendan poner a secar al sol las cáscaras de mandarina.