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La poderosa razón por la que recomiendan secar cáscaras de mandarina con el sol

Lo que muchos tiran a la basura como desecho orgánico de la cocina, podría tener un nuevo uso. Descubre por qué es recomendable secar cáscaras de mandarina al sol

La poderosa razón por la que recomiendan secar cáscaras de mandarina con el sol
Secar cáscaras de mandarina al sol Foto: ChatGPT / Especial

Las cáscaras de mandarina son un recurso orgánico que sale directamente de la cocina y terminan en el bote de la basura. Sin embargo, en los últimos años se ha descubierto que este tipo de desechos pueden tener una segunda vida y ser una alternativa más ecológica para aquellas personas que buscan reducir el desperdicio.

Una de las tantas formas de aprovecharlas es colocar la piel de este fruto en una ventana o exterior para secarlas por completo y posteriormente darles la oportunidad de una segunda vida. Pero, ¿por qué se recomienda secar al sol y qué efecto tiene este proceso?

En esta ocasión podrás conocer la poderosa razón por la que se recomienda secar cáscaras de mandarina con la ayuda del sol y algunas formas en las que se pueden aprovechar estos retos de piel de la fruta, una vez que están completamente secos y su textura ha cambiado.

Por qué hay que secar las cáscaras de mandarina al sol antes de usarse 

Secar cáscaras de mandarina al sol permite conservar sus aceites esenciales, antioxidantes y compuestos volátiles, convirtiéndolas en un remedio natural para problemas digestivos, respiratorios y de ansiedad. Sin mencionar que es un proceso completamente natural que permite manipular los restos orgánicos fácilmente. 

Y sí, al secarse, estas cáscaras concentran sus propiedades y se pueden usar para hacer infusiones, aromatizar espacios o incluso como ingrediente en mezclas herbales. En la medicina tradicional china, se conoce como “chen pi” y se utiliza para fortalecer el sistema digestivo y aliviar la mucosidad.

Para secar las cáscara de mandarina simplemente hay que:

  1. Recolectar y lavar bien las mandarinas antes de pelarlas, asegurándote de eliminar cualquier residuo químico de la superficie. 
  2. Después, corta las cáscaras en tiras delgadas o en trozos pequeños para acelerar el secado.
  3. Colócalas en un plato o bandeja limpia, asegurándote de que no se encimen.
  4. Déjalas secar al sol directo durante 3 a 5 días, volteándolas una vez al día para asegurar que se deshidraten de manera uniforme. 

Una vez secas, podrás guárdalas en un frasco hermético, en un lugar fresco y seco. Aunque también tienes la posibilidad de triturarlas para obtener un fino polvo que sea mucho más sencillo de utilizar y así conservar los restos orgánicos hasta por meses sin perder sus propiedades.

Recuerda que este método, además de ser natural y económico, permite redescubrir el valor de ingredientes que normalmente se desechan, fomentando un estilo de vida más saludable y consciente. Ahora ya conoces la poderosa razón por la que muchas personas recomiendan poner a secar al sol las cáscaras de mandarina.

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