La medicina tradicional mexicana guarda un sinfín de secretos naturales que han pasado de generación en generación. Uno de ellos es el uso de la hoja santa, una planta aromática y medicinal muy apreciada en la cocina y en la herbolaria. Aunque muchos la conocen por su sabor único en platillos típicos, pocos saben que también puede usarse como un efectivo remedio contra la tos.
La hoja santa, también llamada acuyo o tlanepa, crece en climas cálidos y húmedos del sur de México y es rica en compuestos como el safrol y el eugenol, con propiedades antiinflamatorias, antisépticas y expectorantes. Estos efectos la hacen ideal para tratar problemas respiratorios leves de manera natural, especialmente cuando la tos está acompañada de flemas o irritación de garganta.
En tiempos en los que los resfriados y las enfermedades respiratorias son comunes, retomar este tipo de remedios caseros puede ser una opción útil y accesible. Por ello, en esta ocasión te contamos cómo se utiliza la hoja santa para aliviar la tos y cómo prepararla correctamente para aprovechar todos sus beneficios.

¿Cómo usar la hoja santa para aliviar la tos?
Una de las formas más comunes de usar la hoja santa contra la tos es en infusión. Para prepararla, basta hervir de dos a tres hojas frescas en una taza de agua durante cinco minutos. Se recomienda colar la infusión, endulzarla con un poco de miel y beberla tibia una o dos veces al día. Este remedio ayuda a suavizar la garganta, reducir la inflamación y facilitar la expulsión de mucosidad.
Otra opción menos conocida es usar la hoja santa como cataplasma. Se calienta ligeramente una hoja grande sobre un comal o sartén y se coloca directamente sobre el pecho, cubriéndola con un paño. El calor, junto con los aceites naturales de la hoja, puede ayudar a abrir las vías respiratorias y calmar la tos, especialmente por las noches.
Aunque es un remedio natural, es importante usar la hoja santa con moderación y consultar a un profesional de la salud si los síntomas persisten o empeoran. Este tipo de tratamientos tradicionales pueden complementar, pero no sustituir, la atención médica profesional. Incorporarla con sabiduría puede ser una forma eficaz y natural de cuidar tu salud respiratoria.