La quinoa es un "pseudo cereal" que muchos quisieran tener en la cocina, pero que pocos se atreven a preparar por lo complicado que puedes llegar a ser. Aunque parezca sencillo, no es lo mismo que el arroz ni la pasta. Cocerla bien es necesario para que no quede ni aguada ni dura.
Si alguna vez terminaste con una masa pastosa o con granos secos y duros, seguro te equivocaste en la fórmula del agua. No te preocupes, no eres el único. Mucha gente no tiene idea de cuál es la proporción ideal. Al igual que el método 2 tazas de agua por una de arroz, la quinoa necesita una cantidad adecuada de agua para que quede bien cocida.
Por eso, en Gastrolab te compartimos el secreto mejor guardado —ahora ya no tanto— para cocinar quinoa como un experto. Además, te contamos por qué deberías lavarla antes de hervirla y cómo saber si ya está lista sin fallar en el intento. ¡Sigue leyendo!
¿Cuál es la fórmula para cocinar bien la quinoa?
La regla más recomendada para cocinar bien la quinoa es 2 tazas de agua por 1 taza de quinoa. Esto te garantiza que el grano quede suave, suelto y bien cocido. Nada de hacerla nadar en agua ni dejarla seca. Una vez que agregues el agua y la quinoa en una olla, espera a que hierva.
Cuando empiece el burbujeo, baja el fuego al mínimo, tapa la olla y deja que se cocine por unos 15 minutos. Nada de estar abriendo la tapa cada dos segundos, eso afecta la cocción. Pasado ese tiempo, retira la olla del fuego y déjala reposar tapada unos 5 minutos más. Luego, con un tenedor, esponja los granos con cuidado.
¿Por qué hay que lavar la quinoa antes de cocinarla?
Antes de meterla al agua caliente, siempre debes lavar bien la quinoa. Este paso es clave para quitarle la saponina, una sustancia natural que recubre los granos y puede darle un sabor amargo si no se elimina. Pon la quinoa en un colador fino, enjuágala con agua fría y frótala suavemente con las manos. Hazlo durante unos segundos hasta que el agua salga clara.
Este paso no solo mejora el sabor, también ayuda a que quede más digestiva. Si te lo saltas, olvídate de un buen platillo. No importa lo bien que cocines: el sabor final tendrá ese dejo raro que a muchos no les gusta. Así que tómate un minuto extra, vale la pena.
¿Cómo saber si la quinoa ya está lista?
Una quinoa bien cocida tiene una señal visual súper clara: verás que los granos se abren y dejan salir un pequeño hilito blanco. Ese “rabito” es la semilla interna y es la señal perfecta de que ya está lista. Otra pista es que se absorba toda el agua. Si te sobra líquido, es que usaste de más o le faltó cocción. Y si está muy seca o quemada en el fondo, quizá necesitaba un poco más de líquido o fuego más bajo.
