Si tienes plantas ornamentales en casa y quieres que siempre luzcan verdes, bonitas y sanas, hay un secreto que no falla: el abono. No importa si están en macetas, jardineras o en el suelo, todas necesitan nutrientes para crecer bien y resistir las molestas plagas. Y aunque hay miles de opciones en tiendas, los abonos orgánicos son una opción natural, económica y efectiva.
Muchos creen que solo las plantas del huerto necesitan nutrientes extra, pero las ornamentales también lo agradecen. De hecho, una planta bien alimentada florece más, tiene hojas fuertes y dura mucho más tiempo. Además, usar ingredientes caseros o naturales evita dañar la tierra y mantiene el equilibrio del ecosistema.
Lo mejor de todo es que no tienes que gastar mucho ni complicarte. Hay varios tipos de abonos orgánicos que puedes preparar tú mismo o conseguir fácilmente. Aquí te contamos cuáles son los tres más prácticos y efectivos para tus plantas de ornato, ya sean de interior o exterior.

1. Compost casero
El compost es uno de los abonos más completos que existen. Se elabora con restos de frutas, verduras, cáscaras de huevo, hojas secas, café usado, entre otros desechos orgánicos. Al descomponerse, estos materiales se transforman en una tierra negra y esponjosa llena de nutrientes, ideal para cualquier tipo de planta.
Para usarlo, solo hay que colocar una capa delgada sobre la tierra de tus macetas o mezclarlo ligeramente. El compost mejora la estructura del suelo, retiene humedad y alimenta a las raíces poco a poco. Además, ayuda a reducir los residuos en casa y es completamente gratis si lo haces tú mismo.
2. Té de plátano
El plátano no solo es bueno para nosotros, también lo es para las plantas. La cáscara contiene potasio, magnesio y fósforo, que ayudan al crecimiento de las raíces, la floración y el color intenso de las hojas. Una forma fácil de aprovecharla es preparando un "té" de plátano.

Solo necesitas poner cáscaras de plátano en un litro de agua y dejar reposar por 24 a 48 horas. Después, riega tus plantas con esa agua cada 10 días. Este líquido funciona como fertilizante líquido suave, ideal para plantas con flores o que estén un poco apagadas.
3. Humus de lombriz
El humus de lombriz es considerado uno de los mejores abonos naturales que existen. Se produce a partir de la digestión de materia orgánica por parte de las lombrices, y el resultado es un fertilizante suave, lleno de microorganismos beneficiosos y nutrientes.
A diferencia de otros abonos, el humus no quema las raíces y puede usarse con frecuencia. Basta con agregar una cucharada al sustrato de tus macetas o mezclarlo con agua para hacer un fertilizante líquido. Tus plantas lo notarán casi de inmediato: hojas más verdes, tallos más firmes y un crecimiento más parejo.