Aunque preparar frijoles puede parecer una tarea sencilla, existen pasos clave que marcan la diferencia entre un platillo promedio y uno verdaderamente sabroso, además de saludable y seguro. Uno de ellos es el lavado previo, pero ¿realmente es necesario enjuagar esta legumbre antes de cocinarlos?
No es un secreto que algunas legumbres se tiene que limpiar previamente para garantizar la salubridad de la receta y aunque esto solo consiste en verificar que los granos no contengan impurezas como pequeñas piedras o basura, hay un paso más que se debe realizar; enjugar con agua antes de hacer la cocción.
Así que si la pregunta es si hay que lavar los frijoles antes de cocinarlos, la respuesta es sí, y aquí te explicamos por qué y cómo se puede hacer este pequeño pero importante paso en la cocina, si desea manipular los alimentos con las medidas básicas de higiene para tener grandes resultados.
¿Qué pasa si no enjuagas los frijoles antes de cocinarlos?
Los expertos de la cocina aseguran que pueden tener un sabor “extraño”, pues esto se debe a que podrían contener tierra o restos de suciedad que permanecían en los granos durante toda la cocción, afectando el resultado final, algo que sin duda alguna arruinaría la experiencia culinaria.
Además, los frijoles secos, tal como se venden en el mercado, no pasan por un proceso de limpieza exhaustiva. Durante la cosecha, transporte y empaquetado, es común que se mezclen con polvo, piedritas, restos vegetales o incluso insectos. De aquí se deriva la importancia eliminar impurezas y de lavarlos con un poco de agua.
Cómo se deben limpiar los frijoles
Primero es recomendable revisarlos de forma manual para descartar granos rotos, en mal estado (partidos por la mitad o con apariencia fea) y retirar piedritas o suciedad en general. Este paso ayuda a garantizar una cocción uniforme y evita sabores amargos o inconsistencias en la preparación.
Posteriormente, hay que hacer un buen enjuague, bajo el chorro de agua y frotando ligeramente con las manos, basta para dejarlos listos para el siguiente paso: el remojo. Aunque no todos lo consideran indispensable, remojar los frijoles ayuda a ablandarlos, reduce el tiempo de cocción y disminuye compuestos que pueden causar malestar digestivo, como los oligosacáridos.
En resumen, lavar los frijoles antes de cocinarlos no es solo una cuestión de costumbre dentro de cada cocina mexicana, también es una práctica recomendada para cuidar tu salud, mejorar el sabor y obtener un resultado de calidad en cada plato que lleve esta proteína de origen vegetal.