La temporada de Semana Santa suele ser una época calurosa para muchas partes del mundo, además, durante estos días se suelen preparar platillos con alimentos que son bastante sensibles a las altas temperaturas, haciendo que el clima se convierta en tu peor enemigo si no conservas la comida correctamente, ya que esto puede ocasionar que tus alimentos se echen a perder fácilmente.
El calor puede acelerar la descomposición de los alimentos, especialmente si contienen elementos como los mariscos, pescados, huevo o crema, u otros ingredientes sensibles. Basta con que dejes un platillo fuera del refrigerador por unas horas para que este pierda su frescura habitual o incluso represente un gran riesgo para la salud si llega a consumirse. Pero entonces, ¿qué puedes hacer para evitarlo?
Para prevenir el desperdicio de alimentos y además evitar enfermedades intestinales, es posible tomar algunas precauciones básicas siguiendo los consejos que te vamos a dejar aquí, cuatro actividades claves que puedes llevar a cabo en tu cocina para que tu comida sobreviva al calor de la temporada y llegue perfecta hasta tu mesa.

El refrigerador es tu aliado
Si ya tienes tu comida lista y no la vas a servir recién elaborada, lo mejor es llevarla a refrigeración hasta el último momento. No es necesario que la saques para que esté a temperatura ambiente, ya que si el ambiente es bastante cálido y se presentan altas temperaturas, puedes acelerar el crecimiento de bacterias. Lo mejor es siempre mantenerla a temperaturas bajas y después calentarla cuando vayas a servirla.
Transporta la comida adecuadamente
Si vas a salir de casa y vas a transportar alimentos hasta una reunión o día de campo, utilizar los elementos adecuados es fundamental para mantener la comida en buen estado. Usar hieleras, paquetes o bloques fríos y bolsas de gel congelado pueden marcar la diferencia. También puedes utilizar termos o recipientes térmicos para conservar la temperatura por más tiempo. Así, tus alimentos pueden mantenerse en buen estado incluso si los llevas fuera de casa.
Evita el sol
Si estás al aire libre o en tu cocina hay zonas donde la luz del sol entra directamente, busca siempre ubicar los platillos en lugares lejos de la luz directa del sol. Lo mejor es colocarlos en lugares frescos y a la sombra, ya que incluso unos minutos bajo la acción directa de la luz solar pueden afectar la seguridad y el sabor de varios alimentos, en especial aquellos que contienen lácteos como la crema, la leche, el queso, u otros elementos como la mayonesa o el huevo.
Porciona tu comida
Una buena opción para evitar dejar grandes porciones de comida destapada al aire libre o sobre la estufa es dividir tus preparaciones en porciones más pequeñas y no preparar demasiado cada vez que elabores un nuevo platillo. Si vas a preparar comida para muchas personas, pero no vas a utilizar todas tus porciones en una misma ocasión, lo mejor es guardar el resto de la comida en refrigeración y solo calentar los elementos que vayas a consumir en el momento para evitar dejar comida expuesta por demasiado tiempo.