Los búlgaros, también conocidos como kefir de leche, son cultivos vivos formados por una combinación de bacterias y levaduras probióticas que se agrupan en pequeños gránulos gelatinosos. Al agregarse a la leche, estos gránulos fermentan el líquido, transformándolo en una bebida ligeramente ácida, espesa y rica en nutrientes. Esta fermentación no solo cambia el sabor y la textura, sino que también potencia sus propiedades nutricionales.
Originarios de las regiones montañosas del Cáucaso, los búlgaros han sido consumidos por siglos debido a sus beneficios para la salud. Se pueden usar con leche de vaca, cabra o incluso vegetal, y suelen tomarse como bebida fermentada, solos o con frutas. También se emplean como base para aderezos, batidos, postres o para hacer quesos suaves. Su sabor es similar al del yogur, pero con una textura más líquida y un toque efervescente.
Consumir búlgaros de forma regular puede aportar numerosos beneficios al organismo. Gracias a su alto contenido en probióticos, ayudan a mejorar la flora intestinal, fortalecen el sistema inmunológico y favorecen la digestión. Además, son ricos en vitaminas del grupo B, calcio, proteínas y antioxidantes naturales. Por estas razones, se han ganado un lugar en la alimentación saludable y natural de muchas personas en todo el mundo.

La mejor manera de tomar búlgaros
Incorporar búlgaros de leche, también conocidos como kéfir, en licuados es una excelente forma de mejorar la salud digestiva gracias a su alto contenido en probióticos. Estos microorganismos vivos favorecen el equilibrio de la flora intestinal, fortalecen el sistema inmune y son ideales incluso para personas con intolerancia a la lactosa.
Al mezclarlos con frutas, semillas o cereales, se enriquece su valor nutricional con vitaminas, minerales y fibra, lo que contribuye a una alimentación más completa. Además, su consumo regular puede ayudar a prevenir el estreñimiento y facilitar una digestión más ligera.
En lo culinario, los búlgaros aportan una textura cremosa y un toque ácido natural a los licuados, lo que permite prescindir de azúcares añadidos y mantener hábitos más saludables sin sacrificar sabor.