Cuidar la piel no tiene que ser complicado ni costoso. A veces, los mejores resultados vienen de los remedios más simples y naturales. Uno de ellos es el agua de rosas, un clásico que ha pasado de generación en generación y que sigue siendo un básico en muchas rutinas de belleza.
Usar agua de rosas por las mañanas puede marcar la diferencia en cómo se siente y se ve tu piel durante el día. Este líquido suave funciona como tónico facial, ayudando a equilibrar el pH, reducir la inflamación y dar una sensación de frescura inmediata. Es ideal para todo tipo de piel, incluso la más sensible.
Si estás buscando una manera fácil y efectiva de mejorar el aspecto de tu piel, esta es una gran opción. Este ritual de belleza es una forma sencilla de regalarte un momento de autocuidado. Y lo mejor es que puedes hacerlo con ingredientes naturales y sin gastar mucho. En esta nota te explicamos cómo incorporar el agua de rosas a tu rutina diaria y cómo prepararla en casa si prefieres lo natural.

¿Cómo preparar agua de rosas en casa?
Ingredientes:
- 1 taza de pétalos de rosa frescos (de preferencia rojos o rosas)
- 2 tazas de agua destilada
- 1 recipiente limpio con tapa (de preferencia un atomizador)
Procedimiento:
- Lava bien los pétalos y colócalos en una olla con el agua.
- Calienta a fuego lento hasta que el color de los pétalos se empiece a desvanecer.
- Apaga el fuego y deja reposar la mezcla hasta que se enfríe.
- Cuela el líquido y guárdalo en el recipiente.
Puedes conservar el agua de rosas en el refrigerador hasta por una semana. Aplícala cada mañana justo después de lavar tu cara, y si quieres un extra de frescura, úsala también por las noches antes de dormir.