Las esponjas que usamos para lavar trastes son herramientas esenciales en cualquier cocina, pero también pueden convertirse en un foco de bacterias si no se limpian correctamente. Muchas veces pensamos que enjuagarlas con agua y jabón es suficiente, pero no es así. Esos malos olores y colores raros que aparecen con el tiempo lo confirman.
Y es que, a diferencia de otros utensilios de cocina, las esponjas están en contacto constante con restos de comida, grasa y humedad. Todo esto se convierte en el ambiente ideal para que crezcan microorganismos que pueden afectar la salud de toda la familia. Por eso, es necesario aprender a desinfectarlas bien.
La buena noticia es que no necesitas gastar en productos caros ni usar químicos como cloro que pueden ser agresivos. De hecho, hay un método casero, respaldado por la ciencia, que elimina hasta el 99 % de las bacterias en solo 2 minutos. Aquí te lo explicamos paso a paso, tal como lo comparte un ingeniero en alimentos.
¿Cuál es la forma más efectiva de desinfectar esponjas de trastes? Esto dice la ciencia
Aunque existen varios trucos de cocina para limpiar esponjas, no todos son igual de eficaces. Algunas personas las hierven, otras las meten al congelador o incluso las lavan con vinagre o bicarbonato. Pero si hablamos de efectividad comprobada, hay un método que destaca sobre todos.
El ingeniero en alimentos Rafa Carbajal, conocido en redes sociales como @soyrafacarbajal, compartió en TikTok un sencillo procedimiento avalado por un estudio de la Universidad de Florida. El método consiste en meter la esponja en el microondas por 2 minutos. Sí, así de fácil.
Según los resultados del estudio, calentar la esponja en el microondas durante 2 minutos a potencia máxima elimina más del 99 % de los patógenos vivos. Esto incluye bacterias comunes que pueden provocar desde molestias estomacales hasta intoxicaciones alimentarias si contaminan tus utensilios o alimentos.
Precauciones que debes tomar al usar este método
Aunque es muy sencillo, es importante seguir ciertas recomendaciones para evitar accidentes. Lo primero es asegurarte de que la esponja esté bien húmeda antes de meterla al microondas. Si está seca, puede quemarse o incluso provocar un incendio. No olvides escurrirla, pero que siga húmeda al tacto.
Otro punto clave es verificar que la esponja no tenga partes metálicas, como grapas o mallas, ya que el metal no debe meterse en el microondas. También es importante usar solo esponjas aptas para este tipo de procesos, como las de cocina comunes, y no aquellas con recubrimientos especiales o abrasivos. Una vez que termine el tiempo, ten mucho cuidado al sacarla, ya que estará muy caliente. Usa unas pinzas o espera unos minutos antes de manipularla. Deja que se enfríe completamente antes de volver a usarla en tus tareas de limpieza.
