Los rosales son una de las plantas más populares en los jardines gracias a su belleza, aroma y la gran variedad de colores en las que podemos encontrar este cultivo, incluso por su sabor, pues también se trata de una flor comestible que se puede aprovechar muy fácilmente en la cocina. No obstante, para que luzcan saludables y exploten de flores cada temporada, es una verdad tal darle ciertos cuidados clave, como por ejemplo las podas.
Podar correctamente tu rosal no solo mejora la forma de la planta, también estimulará el crecimiento de la misma, haciendo que tu cultivo se desarrolle más fuerte y produzca una floración abundante. Aunque puede parecer una tarea muy difícil, la poda de los rosales es más sencilla de lo que crees, y además, si se hace en el momento adecuado y con las herramientas correctas, puedes maximizar sus efectos sin problema.
Con algunos cuidados y los consejos básicos que te vamos a dejar aquí, tus rosales se pueden transformar en los protagonistas de tu huerto o jardín. Y lo mejor de todo es que solamente necesitas unas tijeras para podar y unos guantes. Aquí te vamos a explicar cuándo y cómo puedes podar tus rosales para que florezcan en todo su esplendor sin esfuerzo.

Cuándo se podan los rosales
La mejor época para podar un rosal es a finales del invierno o a principios de la primavera, justo antes de que la planta comience un nuevo ciclo de crecimiento. Para países como México, el tiempo ideal para hacerlo va desde los primeros días de febrero hasta los primeros días de abril, evitando siempre temporadas como el otoño o el invierno, ya que se podría debilitar el rosal justo cuando este necesita conservar energía.
Cómo podar correctamente los rosales
Lo primero que debes hacer es eliminar las ramas secas, enfermas o dañadas, así como aquellos brazos de la planta que se crucen entre sí. Debes hacer los cortes siempre por encima de la yema orientada hacia afuera, utilizando un ángulo de 45 grados. Si tu rosal ya es bastante antiguo, puedes hacer una poda profunda para rejuvenecerlo y dar espacio a nuevas flores.
Después de podar, puedes aplicar un fertilizante suave, alguna pasta cicatrizante u otras mezclas orgánicas que ayuden a estimular la recuperación y el desarrollo de las nuevas partes de tu rosal. También es importante recordar que, para poder llevar a cabo esta tarea de forma adecuada, deberás desinfectar muy bien los elementos que vayas a utilizar para podar tu rosal.