¿Sigues una dieta libre de huevo, ya sea por alergias, por evitar algunos productos de origen animal o simplemente porque ya no tienes disponible este alimento? Empanizar sin huevo puede parecer una pesadilla, pero es totalmente posible, y lo mejor es que el resultado puede ser igual de crujiente y sabroso que con el método tradicional.
El empanizado es una técnica muy básica en la cocina que permite crear una capa dorada y crocante de pan en distintos alimentos. Es muy común aplicarla en proteínas como el pollo, la res o el pescado, donde el huevo actúa como el pegamento entre nuestro ingrediente y el pan molido. No obstante, también existen otras alternativas igual de efectivas que garantizan una cobertura uniforme de tu empanizador.
Lo importante a la hora de empanizar sin huevo es elegir el sustituto correcto según el tipo de elemento que quieras empanizar. Aquí te vamos a compartir dos métodos muy sencillos que puedes aplicar en casa con elementos que probablemente ya tienes en tu cocina y que, además, son muy fáciles de llevar a cabo para que puedas sustituir fácilmente el huevo a la hora de empanizar.

Empanizar con leche
Una de las formas más simples de empanizar sin tener que utilizar huevo es simplemente sumergir tus piezas a empanizar, como el pollo, el pescado o hasta vegetales, en suficiente leche por unos minutos. En este caso, la leche nos ayudará a hidratar nuestro ingrediente, lo que permitirá que el pan molido se adhiera más fácilmente. Aquí lo recomendable es agregar especias directamente a la leche, para que esta nos ayude a darle sabor a nuestros elementos.
Empanizar con fécula de maíz
Otra forma muy fácil de empanizar es preparar una mezcla fluida con fécula de maíz y un poco de agua o leche. Esta mezcla se aplica como una capa ligera sobre los alimentos antes de empanizarlos, y después deberás pasarlos por el pan molido o el elemento que vayas a utilizar para cubrirlos. Al hacerlo, no solo el pan molido se va a adherir con mayor facilidad, también formarás una capa crujiente al freírla.
Recuerda que, en cualquiera de los dos casos, el aceite que utilices deberá estar muy caliente a la hora de introducir tus alimentos, para que así el pan no tenga oportunidad de humedecerse y desprenderse fácilmente. Del mismo modo, evita que tus alimentos estén demasiado fríos a la hora de introducirlos en la leche o la masa, ya que esto también puede dificultar que el pan se adhiera por completo.