Los tacos al pastor son uno de los platillos más emblemáticos y apreciados de México, reconocidos por su distintivo color rojizo y su inigualable sabor. Su combinación de carne bien adobada, cocida lentamente en un trompo vertical y servida con piña, cilantro y cebolla, los convierte en una verdadera joya de la gastronomía mexicana.
El distintivo tono rojizo y la jugosidad de la carne al pastor no son coincidencia. Cada etapa, desde la elección de los ingredientes hasta la forma en que la carne se asa en el trompo, influye en su sabor y textura.
Sin embargo, alguna vez te has puesto a pensar ¿cuál es el truco de los taqueros para que la carne al pastor quede bien adobada y jugosa? ¿qué hace que la carne al pastor sea tan sabrosa y tierna? La clave no está en un solo truco, sino en 3 elementos esenciales. Si quieres descubrir estos trucos, sigue leyendo.

Marinado prolongado
La carne se sumerge en una mezcla de chiles secos, achiote, vinagre, jugo de naranja y especias durante al menos 12 horas. Esto permite que los sabores penetren profundamente y que la carne se ablande, logrando una textura suave y bien impregnada de sabor.
Cocción en el trompo
La carne se apila en capas y se gira lentamente frente al fuego, asegurando una cocción uniforme. La parte exterior se dora y carameliza, mientras que el interior se mantiene jugoso. Los taqueros cortan solo la capa más cocida, exponiendo una nueva superficie al calor para que cada taco tenga carne en su punto perfecto.
Uso de grasa y piña
La carne se cocina con su propia grasa, lo que potencia su sabor y conserva su jugosidad. Además, la piña colocada en la parte superior del trompo libera jugos naturales que aportan dulzura y acidez, además de ayudar a suavizar la carne. Este equilibrio de sabores y texturas es lo que hace que los tacos al pastor sean tan irresistibles.