La temporada de mandarina se extiende hasta el mes de marzo, así que en este par de semanas aún se puede disfrutar de esta deliciosa fruta, pero si lo que te interesa es germinar las semillas frescas, también puedes aprovechar esta época para lograr el sencillo proceso y visualizar su crecimiento en tan solo cuatro semanas.
Las semillas de mandarina generalmente tardan entre 2 y 6 semanas en germinar, dependiendo de las condiciones de siembra, así que en un lapso de 4 semanas ya se tiene que observar los primeros tallos verdes salir del sustrato. Por eso, es importante elegir una pieza de mandarina en perfectas condiciones; que esté madura y que sus semillas no estén lastimadas.
Antes de que termine la temporada de esta fruta, aún estás a tiempo de encontrar el tesoro oculto que tienen las semillas de mandarina para germinarlas y obtener un nuevo cultivo dentro del huerto urbano. Descubre el proceso y algunas recomendaciones para optimizar esta tarea de jardinería.
Cómo germinar semillas de mandarina
El primer paso es disfrutar de una rica mandarina y extraer sus semillas, es importante que los huesitos estén en excelente condiciones, es decir, que no presenten ranuras o partes incompletas de cada semilla. Después de extraerlas, el paso a paso a seguir es:
- Limpiarlas con un poco de agua para deshacerse de los posibles restos de pulpa.
- Remojarlas en agua tibia durante un día para que se hinchen.
- Planta las semillas a 1-2 cm de profundidad en un sustrato ligero (como tierra para macetas mezclada con arena o perlita).
- Cubre la maceta con un plástico transparente o una bolsa para crear un efecto invernadero.
- Coloca la maceta en un lugar cálido y revisa la humedad regularmente.
Algunas de las recomendaciones básicas para acelerar el proceso y mejorar la tasa de germinación, es que es de suma importancia proporcionar un ambiente cálido y húmedo, idealmente entre 20 °C y 30 °C, además mantén el sustrato húmedo, pero no encharcado.
Cabe mencionar que no necesitan luz directa para germinar, pero una vez broten, colócalas en un lugar con luz indirecta para fomentar su desarrollo. Una vez que broten, retira el plástico y asegúrate de que reciban luz solar indirecta por al menos 4-6 horas al día.
Cuando las plántulas tengan unos 10 cm de altura, puedes trasplantarlas a una maceta más grande o al jardín, de esta forma las semillas habrán germinado con éxito en un lapso estimado de cuatro semanas y próximamente se podría tener un nuevo cultivo que rinde una de las frutas más deliciosas que hay.