Además de ser apreciada en muchas regiones de México y América Latina, el mamey también esconde un gran valor en su semilla. Más allá de ser un simple desecho de cocina, el hueso de mamey puede tener diversas aplicaciones, usos y beneficios que pueden aprovecharse tanto en el hogar como en la cocina, y lo mejor de todo es que tiene un tesoro oculto que aquí te enseñaremos a aprovechar.
Una de las formas más tradicionales de usar el hueso de mamey es en la elaboración del pixtle, una pasta que se obtiene al moler la semilla tostada y que se emplea en ciertas bebidas y postres típicos. Además, el hueso de esta fruta se ha utilizado en la medicina tradicional por décadas para preparar infusiones con propiedades digestivas y antioxidantes. Incluso algunos productos cosméticos incluyen extractos de esta semilla debido a sus beneficios para el cabello y la piel.
Esto se debe a los aceites naturales que se pueden extraer del hueso de mamey, un ingrediente altamente nutritivo que se usa en productos capilares y en tratamientos de hidratación profunda. No obstante, más allá de estos usos gastronómicos y cosméticos, el verdadero tesoro del hueso de mamey radica en su capacidad de dar vida a un nuevo árbol que puede brindarte cosechas abundantes de esta fruta en casa.

Cómo germinar la semilla de mamey y cultivar tu propio árbol
Si quieres aprovechar al máximo esta semilla y disfrutar de su tesoro oculto, entonces puedes germinarla en casa y cultivar tu propio árbol de mamey. Para ello, primero debes extraer la semilla de la fruta, lavarla bien y dejarla secar durante un par de días. Después, deberás colocar la semilla en un recipiente con agua durante 24 horas para hidratarla y así poder sembrarla.
Una vez que hayas hidratado tu semilla, entiérrala en una maceta pequeña con tierra rica en materia orgánica. Un paso muy importante es dejar una parte de la semilla expuesta en la superficie. Riégala con moderación y mantenla en un lugar con buena iluminación, pero sin contacto directo con la luz solar. Después de un período de 4 a 6 semanas, la semilla comenzará a brotar, y una vez que tenga un tamaño adecuado, podrás plantarla en una maceta más grande o directamente en el suelo.
Cuidados del árbol de mamey
El árbol de mamey requiere pocos cuidados básicos para crecer fuerte y saludable. Necesitarás darle riegos constantes, pero sin encharcar el sustrato, ya que el exceso de humedad puede afectar las raíces. También es importante proporcionarle un suelo con buen drenaje, así como abonarlo periódicamente con composta o fertilizantes naturales.
Con estos cuidados, podrás garantizar su desarrollo, y aunque se trata de un árbol de crecimiento lento, en unos cuantos años y con las condiciones óptimas, puede brindarte grandes cosechas. Este árbol puede tardar entre 5 y 7 años en producir sus primeros frutos, pero si tienes paciencia, podrás disfrutar de una fruta nutritiva y deliciosa sin tener que salir de tu casa.