Si pensabas que cultivar sandía solo era posible en grandes jardines o terrenos, ¡tenemos buenas noticias para ti! Puedes sembrar sandía en maceta y disfrutar de esta jugosa fruta en casa. Con los cuidados adecuados, es más sencillo de lo que imaginas, y lo mejor es que no necesitas ser un experto en jardinería.
La sandía es una fruta refrescante, ideal para los días calurosos, y cultivarla en casa no solo te garantiza un producto natural, sino que también es una actividad relajante y gratificante. Además, puedes aprovechar la primavera para sembrar esta fruta tropical, ya que el sol y el clima cálido son perfectos para su desarrollo.
Si quieres aprender a cultivar sandía en maceta como todo un experto, sigue leyendo. A continuación, te explicaremos el paso a paso para que tengas éxito en tu huerto casero, desde la elección de la maceta hasta los cuidados básicos para obtener sandías dulces y jugosas. ¡Toma nota!

¿Qué necesitas para sembrar sandía en maceta?
- Semillas de sandía: Puedes comprarlas en tiendas de jardinería o extraerlas de una sandía madura.
- Maceta grande: Debe tener al menos 40-50 cm de profundidad y un diámetro amplio para permitir el crecimiento de las raíces.
- Sustrato rico en nutrientes: Usa una mezcla de tierra para macetas, composta y fibra de coco para un drenaje adecuado.

Paso a paso para sembrar sandía en maceta
1. Prepara la maceta: Llena la maceta con el sustrato, dejando unos 5 cm libres en la parte superior. Asegúrate de que tenga agujeros de drenaje para evitar el exceso de agua.
2. Siembra las semillas: Haz pequeños agujeros de 2-3 cm de profundidad y coloca 2 o 3 semillas en cada uno. Cubre con una capa ligera de tierra y riega suavemente.
3. Ubica la maceta en un lugar soleado: Coloca la maceta en un espacio donde reciba al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. El sol es fundamental para que la planta crezca fuerte y produzca frutos.
4. Riega con moderación: Mantén la tierra húmeda, pero evita el encharcamiento. Riega cuando la superficie del sustrato esté seca al tacto, preferiblemente por la mañana o al atardecer.
5. Entutora la planta: Cuando la planta empiece a crecer, utiliza un palo o malla para guiar las ramas y evitar que se extiendan demasiado. Esto también ayuda a proteger los frutos del contacto directo con el suelo.