Huerto urbano

Si tienes semillas de tomate encontraste el mejor tesoro; así puedes cultivarlas en el huerto

Si quieres iniciar tu propio huerto y tienes un par de semillas de tomate fresco, ya encontraste el mejor tesoro, ya que con ellas se podrá dar paso a un cultivo gratificante

Si tienes semillas de tomate encontraste el mejor tesoro; así puedes cultivarlas en el huerto
Las semillas de tomate son un verdadero tesoro que debes aprovechar Foto: Shutterstock / Especial / Imagen Ilustrativa

Las semillas de tomate (específicamente las de tomate rojo) pueden convertirse en una fuente inagotable del alimento si las cultivas correctamente, y es que estas son perfectas para realizar un proceso de germinación casera y cultivarlas con el objetivo de tener tus propias plantas en el huerto urbano.

Según los expertos en jardinería, el cultivo de tomate es uno de los más sencillos para realizar en espacios verdes dentro del hogar, puesto que no comprenden cuidados súper complicados, todo lo contrario, basta con tener paciencia y dedicación para lograr la cosecha de este popular alimento de la cocina.

Si te interesa iniciar tu propio huerto casero y tienes un par de semillas de tomate fresco, ya encontraste el mejor tesoro, ya que con ellas se podrá dar paso a un cultivo gratificante con tal solo seguir un sencillo paso a paso. Presta atención al proceso y toma nota de los puntos importantes.

Cómo cultivar semillas de tomate 

Para lograr el objetivo deseado, simplemente hay que conseguir un par de semillas de tomate fresco y realizar este paso a paso lo más pronto que puedas: 

Paso 1: Extracción y preparación de las semillas

Para comenzar, elige un tomate maduro y saludable. Corta por la mitad y extrae las semillas junto con el gel que las rodea. Colócalas en un vaso con agua durante dos o tres días para fermentar; este proceso ayuda a eliminar la capa gelatinosa y mejora la germinación. Pasado este tiempo, enjuaga con agua limpia y sécalas sobre un papel absorbente.

Paso 2: Germinación en casa

Una vez que las semillas estén secas, prepárate para sembrarlas. Puedes utilizar bandejas de germinación, pequeños recipientes con agujeros para el drenaje y hasta cartones de huevo. Llénalos con una mezcla de tierra para macetas y humedece ligeramente. Siembra a una profundidad de medio centímetro y cúbrelas con una fina capa de tierra.

Coloca las bandejas en un lugar cálido con buena iluminación indirecta. Mantén la tierra húmeda, pero evita el exceso de agua. En aproximadamente una o dos semanas, deberían comenzar a brotar los primeros tallos.

Paso 3: Trasplante al huerto

Cuando las plántulas tengan unos 10 a 15 centímetros de altura y al menos dos pares de hojas, estarán listas para el trasplante. Escoge un lugar soleado en tu huerto con tierra rica en materia orgánica. Haz un hoyo lo suficientemente profundo para cubrir las raíces y parte del tallo, lo que fortalecerá la planta.

Deja una separación de al menos 50 centímetros entre cada planta para asegurar una buena ventilación y crecimiento. Riega con moderación y de forma constante, evitando encharcar el suelo. A partir de este momento tendrás que brindarle los cuidados necesarios por ejemplo, regar con agua suficiente sin encharcar la tierra, exponer el cultivo frente a los rayos de luz solar y revisar regularmente para evitar la presencia de plagas o enfermedades. 

De esta forma, los tomates estarán listos para cosechar entre 60 y 80 días después del trasplante, cuando adquieran un color rojo intenso (o el tono característico de la variedad sembrada). Córtalos con cuidado y disfruta de tomates frescos y cultivados por ti mismo.

Ahora que sabes que al contar con un par de semillas de tomate fresco, ya encontraste un valioso tesoro, no queda más que poner en práctica esta guía para cultivarlas de manera exitosa y en un futuro no muy lejano, contar con tu propio cultivo de jitomate en el huerto urbano, jardín en casa o en un espacio verde adecuado para la siembra de alimentos frescos. 

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