Consejos y tips

3 aspectos que te harán saber si el pollo que tienes en el refri se echó a perder

Pon atención a estas señales en tu carne de pollo pues pueden indicar que este alimento podría no ser seguro para consumir. Evita problemas de salud así.

3 aspectos que te harán saber si el pollo que tienes en el refri se echó a perder
El pollo descompuesto puede traer graves complicaciones de salud Foto: Pexels

Una de las proteínas más consumidas alrededor del mundo es el pollo, gracias a su versatilidad y su sabor. No obstante, al ser un producto perecedero, es fundamental almacenarlo correctamente en el refrigerador para evitar riesgos a la salud. Muchas veces guardamos el pollo sin estar seguros de cuánto tiempo puede mantenerse en buen estado y, por ello, cuando queremos utilizarlo, solemos encontrarnos con un pollo descompuesto. Pero, ¿cómo sabemos exactamente si el pollo ya no sirve?

Saber identificar si el pollo aún es seguro para su consumo es clave para prevenir intoxicaciones alimentarias. El tiempo de almacenamiento, la temperatura y las condiciones del empaque pueden influir en la frescura de este tipo de carne, por lo que es importante prestar atención a ciertos detalles antes de cocinarlo.

Si tienes dudas sobre el estado del pollo que tienes en casa y quieres saber cómo identificar si ya se echó a perder, aquí te compartimos tres señales claras que te ayudarán a determinar si el pollo ya no es apto para su consumo, incluso si está en refrigeración. Pon atención a estos factores y evita problemas de salud a tiempo.

Es importante verificar el pollo para saber si aún es seguro para comer. Foto: Shutterstock

Olor desagradable

Una de las primeras señales que nos pueden indicar si el pollo está echado a perder es el olor, ya que es muy evidente cuando la carne está en mal estado. Si percibes un aroma agrio, muy similar a los huevos podridos o bastante desagradable, lo mejor es desechar de inmediato el pollo, ya que esto indica un crecimiento de bacterias.

Texturas diferentes

La carne de pollo fresca debe tener una textura firme y ligeramente húmeda. No obstante, si al tocarla notas una textura demasiado viscosa, muy blanda o incluso pegajosa, estas son claras señales de descomposición y, por lo tanto, no debes consumir el pollo. Incluso si lavas la carne (lo cual no debería hacerse) para eliminar este tipo de texturas, el pollo ya no es seguro para comer.

Colores y manchas anormales

Es importante que conozcas el color del pollo en buen estado. A menudo, este tipo de carne suele tener un tono rosado uniforme o un amarillo pálido. Si observas tonalidades grises, verdosas o manchas oscuras en la piel o en la carne, lo más seguro es que el pollo ya esté generando bacterias y no sea seguro para su consumo. Si notas alguno de estos factores, desecha tu carne de pollo de inmediato.

Para asegurarte de que el pollo no se eche a perder y dure el tiempo adecuado dentro de tu refrigerador, procura almacenarlo correctamente. Esto significa mantenerlo a una temperatura de 4°C o menos y consumirlo en un plazo máximo de dos días. Si no lo vas a usar pronto, procura congelarlo para prolongar su frescura por más tiempo.

Temas