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Aprende a cultivar tus propios jitomates, así debes extraer las semillas del fruto

Puedes empezar a cultivar tomates en casa a partir de los frutos que ya tienes pero debes seguir un proceso especial para que puedas plantar las semillas.

Aprende a cultivar tus propios jitomates, así debes extraer las semillas del fruto
Así puedes empezar tu propio cultivo de tomate desde casa Foto: Pexels

Los tomates son uno de esos vegetales que son muy fáciles de cultivar en casa si se sigue el método correcto. Para comenzar a cuidar de esta planta en tu huerto o jardín, lo primero que debes hacer es conseguir las semillas de los tomates que quieres cultivar, y esto se puede hacer de forma muy sencilla con los tomates que ya tienes en tu hogar. Nosotros te enseñaremos cómo lograrlo.

Toma en cuenta que, si tienes tomates en casa, cultivarlos requiere un proceso largo pero muy sencillo. No solo se trata de extraer las semillas del fruto y colocarlas en tierra para que puedan germinar, sino que se necesitan fermentar para lograr las condiciones ideales que permitan una germinación correcta.

Cuando estés fermentando las semillas, puedes dejarlas por más días del que te vamos a indicar aquí para lograr que germinen y plantarlas automáticamente o secarlas, como te mencionamos al final del método, para guardarlas y plantarlas cuando sea el momento óptimo. Las semillas de tomate seco pueden llegar a durar hasta dos años en buen estado, para que así puedas cultivarlas en tu huerto o jardín cuando desees.

Abre tus tomates para extraer las semillas y fermentarlas. Foto: Pexels / cottonbro studio

Cómo extraer las semillas de un tomate para cultivarlas

Lo primero que debes hacer es elegir el tomate del que vas a extraer las semillas. Lo ideal es que esté bien maduro para que tenga una buena cantidad de semillas que puedas extraer del fruto. Tendrás que hacer un corte por la mitad con cuidado de cortar la menor cantidad de semillas posible al abrir el tomate.

Una vez que tengas tu tomate abierto, será hora de extraer las semillas de la pulpa. Esto lo puedes hacer con tus dedos o con una cucharilla, raspando ligeramente todas las semillas del interior del tomate, junto con el recubrimiento gelatinoso que las envuelve. Una vez fuera, colócalas en un frasco con tapa.

Lleva este frasco a un lugar seco y oscuro donde las semillas puedan fermentar por cuatro días. Este será el límite para obtener las semillas y secarlas; si las dejas más tiempo, es probable que germinen y tengas que plantarlas para empezar a cultivar tus tomates. Una vez fuera del frasco, enjuaga las semillas suavemente bajo el chorro de agua para eliminar la pulpa fermentada.

Cómo guardar las semillas de tomate

Si quieres almacenar tus semillas recién extraídas para plantarlas a lo largo del año, deberás secarlas correctamente. Para ello, solo necesitas colocarlas sobre una capa de papel absorbente y dejarlas en un lugar bien ventilado hasta que se deshidraten por completo. Después, puedes guardarlas en un frasco o en una bolsa en un lugar seco y oscuro, para que puedas utilizarlas después.

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