El próximo miércoles 5 de noviembre el cielo se llenará de luz con la llegada de la Luna llena, una fase que no solo encanta a los amantes de la astronomía, sino también a quienes disfrutan trabajar con la tierra. En la agricultura tradicional, este momento lunar siempre ha tenido un papel especial, ya que se considera ideal para abonar y fortalecer los árboles frutales. Y sí, aunque suene místico, hay razones detrás de esta creencia.
Desde hace siglos, campesinos y horticultores observan cómo las fases lunares influyen en el crecimiento de las plantas. Durante la Luna llena, la savia tiende a subir hacia las ramas y los frutos, impulsando su desarrollo. Por eso, aplicar fertilizantes naturales o compost en esta etapa favorece que los árboles absorban mejor los nutrientes y se preparen para una cosecha abundante.
Así que si tienes frutales en casa —ya sean limoneros, guayabos, duraznos o aguacates— este es el mejor momento para consentirlos. Solo necesitas elegir un buen abono y aplicarlo correctamente para aprovechar toda la energía lunar. A continuación, te contamos cómo hacerlo para que tus árboles se llenen de vida y frutos.
¿Por qué la Luna llena favorece el crecimiento?
La influencia de la Luna sobre la Tierra va más allá de las mareas. Su atracción también afecta la humedad del suelo y el movimiento interno de los líquidos en las plantas. En la Luna llena, ese flujo alcanza su punto máximo, lo que facilita la absorción de agua y nutrientes por las raíces. Por eso se recomienda abonar, trasplantar o podar ramas dañadas durante esta fase.
En el caso de los árboles frutales, esta energía natural estimula la floración y la formación de frutos más dulces y jugosos. Muchos jardineros aseguran que los árboles abonados en Luna llena muestran un crecimiento más vigoroso y una mayor resistencia ante plagas o cambios de clima. No se trata solo de tradición: es un equilibrio entre ciencia, naturaleza y observación.
Cómo abonar tus frutales en Luna llena
Para aprovechar esta fase, elige un abono orgánico como composta casera: té de plátano, por ejemplo, rico en potasio y nitrógeno. Extiende una capa alrededor del tronco, dejando espacio libre cerca de la base para evitar exceso de humedad. Después, riega de forma moderada para ayudar a que los nutrientes penetren bien en la tierra.
Si tus árboles están jóvenes, basta con abonar una vez al mes; si ya son adultos y dan fruto, hazlo cada dos o tres meses coincidiendo con las fases lunares más fuertes, especialmente la Luna llena. Con constancia, notarás cómo el follaje se vuelve más verde y las cosechas mucho más generosas.