Para la cultura mexicana, el Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes, el momento en el que las familias preparan las ofrendas y reciben a las almas de los seres queridos es también uno de los elementos más especiales de este festejo. Así cada altar se convierte en un homenaje cargado de memoria y mucho cariño, pero que no dura para siempre. Una vez que terminan los días de esta celebración, surge siempre la pregunta: ¿cuándo se debe quitar la ofrenda?
Aunque puede parecer algo insignificante, el momento en el que retiramos la ofrenda también forma parte de todo el simbolismo y el ciclo del Día de Muertos. Así como preparamos con mucho cariño y respeto el altar, retirarlo se realiza con la misma intención, despidiendo a esos seres queridos que ya no están con nosotros, pero que nos visitaron desde el más allá. Por eso, es un momento para recordar y celebrar la vida una última vez esta temporada.
Cabe señalar que la fecha para retirar los elementos de la ofrenda no está marcada de forma estricta, pues al ser un concepto tan tradicional, esto depende mucho de las costumbres familiares y las creencias de cada persona. No obstante, lo más adecuado y lo que usualmente realizan la mayoría de los mexicanos es retirar la ofrenda una vez que los festejos del Día de Muertos han terminado, y esto suele ser el 3 de noviembre, cuando la creencia dicta que las almas de nuestros seres queridos han regresado al mundo espiritual.
¿Qué hacer con los elementos que hemos retirado de la ofrenda?
Una vez que ha pasado el 2 de noviembre, que marca el fin de las celebraciones, al día siguiente se acostumbra a retirar las flores y los alimentos que adornaron el altar. Todos los elementos perecederos, como el pan de muerto, las frutas o los guisos, deben desecharse, ya que si han pasado mucho tiempo en la ofrenda es posible que no se puedan consumir. Además, de acuerdo con las creencias, los seres queridos que nos visitaron ya tomaron la esencia de estos alimentos.
Algunas familias suelen mantener el altar unos días más, sobre todo si se colocaron elementos que no se echan a perder fácilmente, como algunas decoraciones, fotos, imágenes religiosas o recuerdos personales. En este caso, se van retirando poco a poco los elementos hasta dejar el espacio limpio y ordenado, todo como una muestra de respeto hacia esas personas a las que dedicamos nuestra ofrenda de Día de Muertos.
Por último, hay muchos elementos de la ofrenda que se pueden aprovechar y a los que se les puede sacar provecho una vez que ha pasado esta celebración. Por ejemplo, las flores de cempasúchil se pueden utilizar para decorar otros espacios del hogar o el jardín, sobre todo si las compramos en macetas, pues su vida se extiende más allá de estas celebraciones. Si las flores ya están secas, se pueden recolectar las semillas para plantar tus propias flores y así tenerlas disponibles la siguiente temporada. Las decoraciones también se pueden guardar y las velas se pueden reutilizar con otro propósito.
