Las cáscaras de ajo lejos de ser un simple desecho, también contiene antioxidantes, compuestos azufrados y minerales que pueden aprovecharse en distintas áreas del hogar desde la cocina para preparar ciertas recetas como en otras aplicaciones caseras que las usan por completo.
El secreto está en conocer cómo manipularlas correctamente y en qué contextos utilizarlas para aprovechar todas sus propiedades, de esta forma, algo que normalmente se tira puede transformarse en un recurso útil y sostenible que disminuye la cantidad de desechos en casa.
En este artículo podrás conocer cómo usar las cáscaras de ajo fuera y dentro de la cocina para darles una segunda vida que además tenga un propósito en los platillos o en temas muy particulares como lo es el jardín/huerto urbano donde dejarán sus cualidades.

Los usos de las cáscaras de ajo
En la gastronomía, las cáscaras de ajo pueden potenciar el sabor de caldos, salsas y guisos, además de aportar nutrientes sin alterar la textura de los platillos. Se recomienda agregarlas limpias al agua de cocción para dar más sabor y aroma, luego colocar o simplemente convertirlas en una especie de polvo que se use como sazonador.
En el ámbito doméstico, su uso se ha extendido a prácticas naturales para el cuidado de plantas, la limpieza y hasta la protección contra plagas. Aprovecharlas contribuye a reducir el desperdicio y a sacar el máximo provecho de un ingrediente básico en la cocina.
Hay que triturar o remojar en agua para que liberen los compuestos que fortalecen las raíces de las plantas y ahuyentan insectos del jardín, pues se aplican como una especie de insecticida natural que evita el uso de químicos o el alto gasto económico de estas soluciones.
Las cáscaras de ajo son un ejemplo de cómo pequeños desechos culinarios pueden tener grandes usos, ya sea para realzar sabores o cuidar las plantas, su aprovechamiento contribuye a un estilo de vida más sostenible y consciente dentro y fuera de la cocina.
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