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3 tips para que tu masa para el pan de muerto quede esponjosa y perfecta

Logra un pan de muerto suave y aireado con estos consejos clave para tu masa: cuida la levadura, controla la temperatura del reposo y usa mantequilla a temperatura ambiente para una masa perfecta

3 tips para que tu masa para el pan de muerto quede esponjosa y perfecta
¿Quieres una masa esponjosa y en su punto para hacer pan de muerto? Sigue entonces estos tips de cocina Foto: Shutterstock / Freepik / Especial / Imagen Ilustrativa

El pan de muerto es uno de los símbolos más queridos del Día de Muertos en México. Su textura suave, su aroma a azahar y mantequilla, y su forma tradicional con “huesitos” en la parte superior hacen que cada año sea el protagonista de las mesas y ofrendas. Pero lograr que la masa quede realmente esponjosa no siempre es fácil: requiere paciencia, técnica y atención a los detalles.

Muchos panaderos caseros se enfrentan a un mismo problema: el pan queda duro, plano o con poca miga, perdiendo esa ligereza característica. La buena noticia es que la textura ideal se puede conseguir con algunos ajustes simples en la preparación, respetando los tiempos de levado y cuidando la calidad de los ingredientes.

Ya sea que lo prepares por tradición familiar o para sorprender a tus seres queridos, en esta nota te compartiremos algunos tips fáciles y sencillos que te ayudarán a lograr que la masa para el pan de muerto quede suave y esponjosa, sigue leyendo y toma nota.

Foto: Freepik

Tips para que la masa de pan de muerto quede esponjosa y perfecta

Levadura

La levadura es el corazón de un buen pan de muerto, ya que es la responsable de darle volumen y esa textura esponjosa tan característica. Asegúrate de usar levadura fresca o activa y conservarla adecuadamente para que no pierda fuerza. Si notas que está algo seca o antigua, disuélvela en un poco de agua tibia con una cucharadita de azúcar y deja que repose hasta que forme espuma. Solo entonces estará lista para incorporarse a la masa y garantizar un buen levado.

Temperatura

La temperatura ambiente influye directamente en el crecimiento de la masa. Lo ideal es dejarla reposar en un lugar cálido de tu cocina, entre 25 °C y 30 °C, para que la levadura trabaje de manera óptima. Si hace frío, puedes colocar la masa dentro del horno apagado con la luz encendida: ese calor leve será suficiente para mantener las condiciones perfectas y lograr que el pan suba adecuadamente.

Mantequilla

Ya sea que prefieras mantequilla o manteca, lo importante es que esté a temperatura ambiente antes de usarla. Esto facilita su integración con el resto de los ingredientes y ayuda a obtener una masa más suave y manejable. Amasa con paciencia hasta que los ingredientes se mezclen por completo y la textura sea elástica y tersa; solo así lograrás un pan de muerto con una miga tierna y delicada.

 

¿Qué más se puede hacer para que la masa quede esponjosa y esté en su punto óptimo?

Para lograr un pan de muerto más suave y con una textura cremosa, lo ideal es utilizar leche en lugar de agua. Este ingrediente aporta grasa y proteínas que enriquecen la masa, mejorando su sabor y ayudando a que quede más tierna. Si además incorporas un poco de crema, conseguirás un pan no solo esponjoso, sino también con una miga más húmeda y delicada, perfecta para disfrutar con café o chocolate caliente.

Existe el mito de que mientras más amases la masa, más esponjoso quedará el pan, pero eso no es del todo cierto. Un exceso de amasado puede desarrollar demasiado gluten y dar como resultado una miga dura y poco aireada. Lo ideal es amasar solo hasta que la masa se vuelva lisa, elástica y deje de pegarse en las manos. En ese punto, déjala reposar y permite que el levado haga su trabajo para obtener un pan de muerto realmente ligero y suave.

 

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