Alguna vez te ha pasado que al hacer una receta de pastelería o panadería has encontrado el término self-rising flour. Esta, que también es conocida como harina leudante, es uno de los ingredientes que pueden hacer tu vida en la repostería bastante difícil si no lo consigues. Se utiliza para conseguir masas suaves y esponjosas, con esa textura aireada que suelen necesitar los bizcochos y las esponjas, todo sin necesidad de agregar levadura o complicarse con demasiados pasos.
Por estas características, es muy común encontrar la harina leudante en recetas para muffins, panes rápidos, hot cakes, pasteles y muchas otras masas similares, ya que incluye todos los elementos necesarios que ayudan a que las preparaciones queden esponjosas al hornearse. No obstante, no siempre es sencillo encontrar este tipo de harina en las tiendas o supermercados, sobre todo si prefieres comprar los ingredientes a granel o vives en una zona donde no es común la venta de este elemento.
Afortunadamente, se puede preparar en casa fácilmente con ingredientes que probablemente ya tienes en la alacena. Hacer tu propia harina leudante o self-rising flour no solo es muy práctico, también te permite ajustar las cantidades según lo que necesites, sabiendo exactamente qué es lo que contiene y cuál es el resultado que vas a obtener. Aquí te diremos cómo obtener este tipo de harina sin complicaciones.
Cómo hacer tu propia harina leudante en casa
Para sustituir la harina leudante en tus recetas tendrás que hacer la siguiente mezcla: toma una taza de harina para todo uso y agrega media cucharada de polvo para hornear con un cuarto de cucharadita de sal. Estas son las proporciones que funcionan como base estándar para la mayoría de las recetas, pero puedes ajustar ligeramente los ingredientes de acuerdo a lo que necesites. Una vez que tengas estas proporciones, puedes multiplicar las medidas manteniendo la diferencia en las cantidades de los tres ingredientes.
Una vez que tengas todos los ingredientes en el mismo recipiente, deberás mezclar muy bien con una cucharada o con un batidor globo para que se integren por completo. Después, es recomendable tamizar la mezcla al menos dos veces para asegurarte de que la harina y los polvos están bien distribuidos, evitas grumos y los ingredientes se combinan a la perfección. Este paso es necesario si quieres que tu mezcla funcione como las harinas leudantes comerciales.
Por último, podrás utilizar tu mezcla para las recetas según la cantidad que te indiquen en los ingredientes. Si has preparado una cantidad mayor a la que necesitas, puedes guardar el resto en un recipiente hermético y, por supuesto, etiquetarlo con la fecha de preparación. Te durará en buen estado hasta un mes, siempre y cuando la guardes en un lugar fresco y seco.
