Es muy común que después de lavar los trastes notes que algunos siguen oliendo a huevo, pescado o ajo si has cocinado con estos elementos. No te preocupes, esto se puede resolver sin esfuerzo y aquí te diremos cómo hacerlo. Estos alimentos pueden dejar residuos grasos o compuestos sulfurosos que se adhieren al material de tus vasos o platos, incluso después de lavarlos con jabón. Pero en tu cocina está justo lo que necesitas.
Aunque existen muchos limpiadores comerciales especializados en limpiar los trastes a profundidad, muchas veces basta con que utilices lo que tienes a la mano. El vinagre blanco, por ejemplo, es un gran aliado de la limpieza y un potente elemento para eliminar ciertos microorganismos, como los que pueden estar causando los malos olores. Lo mejor de todo es que también actúa como neutralizador de aromas, lo que puede ayudar a que tus trastes queden relucientes, libres de bacterias y sin ningún olor desagradable.
Este truco casero no solo te va a ayudar a eliminar los olores, también es una forma ligera de desinfección. Aunque lo ideal es siempre utilizar elementos hechos para desinfectar, como el cloro o la plata coloidal, que están formulados específicamente para mantener los utensilios seguros, este proceso se vuelve indispensable si vas a manipular carnes crudas, como la de res o la de pollo, con tus utensilios. Así que no olvides que este paso no funciona como una desinfección total.
Cómo eliminar los malos olores de tus trastes
Aplicar este remedio es bastante sencillo: solo necesitas mezclar una taza de vinagre con cuatro tazas de agua bien caliente. Coloca los platos, vasos o cubiertos que tengan mal olor dentro de esta mezcla y déjalos reposar hasta que el agua se enfríe por completo. Una vez que haya bajado la temperatura, puedes enjuagarlos con agua limpia como normalmente lo harías. Notarás que el mal olor habrá desaparecido por completo.
Es importante que evites pasar los trastes directamente del agua caliente al chorro de agua fría, ya que el cambio brusco de temperaturas puede hacer que el material se agriete o se rompa. En el primer caso, se crea un elemento poco seguro para utilizar alimentos en él, y en el segundo, se pueden ocasionar accidentes. Este efecto se vuelve más evidente con materiales como el vidrio o la cerámica.
Para que tus trastes no vuelvan a mantener ese mal olor tan característico que les puede quedar después de cocinar huevo, ajo o pescado, procura enjuagarlos apenas termines de utilizarlos. También recuerda lavar y desinfectar constantemente tu esponja para trastes, ya que esta también puede ser un punto de bacterias y microorganismos que después pueden quedar en tus utensilios.
