Cortar cebolla es una tarea cotidiana en cualquier cocina, pero para muchos se convierte en un pequeño desafío debido a las lágrimas que provoca. Ese ardor en los ojos no es casualidad: las cebollas liberan compuestos de azufre al ser cortadas, que se transforman en un gas irritante que llega a los ojos y provoca el llanto involuntario.
Aunque este efecto es completamente natural, puede resultar molesto y afectar la concentración al cocinar. Afortunadamente, existen diversas estrategias para minimizar el ardor y las lágrimas, desde técnicas sencillas hasta pequeños trucos con utensilios y refrigeración.
Además de hacer la experiencia más cómoda, estos consejos pueden ayudarte a preparar tus alimentos de manera más segura y eficiente, sin interrupciones por los molestos ojos llorosos. Con unos simples ajustes, cortar cebolla dejará de ser un momento temido en la cocina.
1. Refrigera la cebolla antes de cortarla
Enfriar la cebolla durante unos 15 a 30 minutos antes de cortarla puede reducir la liberación del gas irritante, ya que las bajas temperaturas ralentizan la reacción química responsable del ardor. Esta técnica sencilla puede marcar una gran diferencia, especialmente si vas a preparar grandes cantidades.
2. Usa un cuchillo bien afilado
Un cuchillo afilado corta la cebolla de manera más limpia, rompiendo menos células que liberan los compuestos de azufre. Evitar cortes desiguales o triturar la cebolla con un cuchillo sin filo ayuda a disminuir la cantidad de gas que llega a tus ojos.
3. Métodos adicionales
- Corta bajo un chorro de agua: mantener la cebolla parcialmente sumergida evita que el gas llegue directamente a tus ojos.
- Usa ventilación: un extractor de aire o un ventilador en la cocina puede dispersar los vapores.
- Gafas de cocina: para quienes desean una protección total, las gafas ajustadas evitan que el gas entre en contacto con los ojos.
