El otoño no solo trae consigo paisajes dorados y tardes más frescas, también marca una excelente temporada para sembrar algunas plantas aromáticas que se adaptan perfecto al clima templado. Una de ellas, aunque a veces pasa desapercibida, es el perejil, una hierba fácil de cultivar y muy útil en la cocina.
Ya sea en una maceta, una jardinera o directamente en el suelo, el perejil se adapta muy bien a los cambios de temperatura típicos del otoño. Su aroma fresco y su sabor ligeramente picante hacen que combine con casi cualquier platillo, desde sopas hasta pescados o ensaladas. Además, es una planta noble que crece sin complicaciones y puede mantenerse verde durante varios meses.
Si estás buscando una planta práctica, de bajo mantenimiento y que aporte un toque especial a tus comidas, el perejil es tu mejor opción para esta temporada. No necesita mucho espacio, no exige cuidados extremos y, si sabes cortarlo bien, puede regenerarse varias veces. Aquí te contamos por qué es la hierba ideal para el otoño y cómo cuidarla.
¿Por qué sembrar perejil en otoño?
El perejil es una planta de clima templado que crece mejor cuando no hay sol intenso ni temperaturas extremas. Por eso, el otoño es la época perfecta para sembrarlo, ya que el ambiente fresco favorece la germinación de sus semillas y su desarrollo constante.
Además, durante esta temporada hay menos plagas que en primavera o verano, lo que significa que tus plantas tendrán menos riesgos de enfermarse. Otro punto a favor es que el perejil puede cultivarse tanto en exteriores como en interiores, siempre que reciba unas 4 o 5 horas de luz al día.
Cómo sembrar perejil paso a paso
- Elige el lugar adecuado: busca una zona con buena luz, pero sin exposición directa al sol todo el día.
- Prepara la tierra: mezcla tierra negra con composta o abono orgánico. El perejil necesita un suelo suelto y con buen drenaje.
- Siembra las semillas: colócalas a medio centímetro de profundidad y cúbrelas ligeramente con tierra.
- Riega con moderación: mantén la tierra húmeda, pero sin encharcar. El exceso de agua puede pudrir las raíces.
- Ten paciencia: las semillas tardan entre 15 y 25 días en germinar, pero una vez que brota, crece rápido.
