Escoger una buena sandía puede parecer una tarea sencilla, pero si no se presta atención a ciertos detalles, podrías terminar con una fruta insípida o sin la frescura que tanto buscas. A todos nos ha pasado: llegar a casa emocionados por disfrutar una rebanada jugosa y descubrir que la sandía no era lo que esperábamos. Por suerte, con algunos consejos prácticos, esto no volverá a ocurrir.
La sandía es una de las frutas más populares, especialmente en épocas de calor. Su dulzura y su capacidad de refrescar hacen que sea el complemento ideal para cualquier comida o snack. Sin embargo, al ser una fruta grande y de cáscara gruesa, puede ser difícil evaluar su calidad a simple vista. Por eso, contar con algunos trucos básicos es esencial para garantizar que lo que compres sea exactamente lo que necesitas.
En esta nota, te compartimos los 5 mejores consejos que puedes aplicar la próxima vez que vayas al supermercado. Estos pequeños secretos, que vienen de la experiencia y el conocimiento popular, te ayudarán a elegir la sandía más fresca, dulce y jugosa, para que disfrutes de cada bocado o para que prepares una deliciosa bebida de sandía con todo el sabor.

1. Fíjate en la mancha amarilla
La mancha amarilla, también conocida como "mancha de campo", es el área donde la sandía estuvo en contacto con el suelo mientras crecía. Una mancha de color amarillo crema o dorado indica que la fruta maduró correctamente en la planta y que estará dulce. Si la mancha es blanca o muy pálida, es probable que la sandía haya sido cosechada antes de tiempo y no haya alcanzado su máximo sabor.
2. Elige una sandía que pese más de lo que parece
Levantar una sandía puede revelar mucho sobre su calidad. Una buena sandía debe sentirse pesada para su tamaño, ya que esto indica que está llena de agua, lo que se traduce en frescura y jugosidad. Si al cargarla sientes que es más ligera de lo esperado, es mejor dejarla en su lugar, ya que podría estar seca o no lo suficientemente madura.
3. Revisa la cáscara y busca una forma uniforme
La cáscara debe lucir firme, sin cortes, golpes o partes blandas. Además, prefiere las sandías que tengan una forma uniforme, ya sea redonda o alargada, ya que esto sugiere un desarrollo parejo. Las que tienen protuberancias o formas irregulares podrían haber crecido con variaciones en la cantidad de agua o luz que recibieron, lo que puede afectar su sabor y textura.

4. Golpea ligeramente y escucha el sonido
Este es un clásico truco de la abuela. Da un pequeño golpe con los nudillos y escucha con atención. Una sandía madura debe emitir un sonido hueco, similar a un eco. Si el sonido es opaco o apagado, puede estar pasada o no haber alcanzado su punto óptimo de madurez.
5. Prefiere sandías más oscuras con líneas bien marcadas
El color de la cáscara también es un indicador importante. Las sandías maduras suelen tener un tono verde oscuro, con líneas bien definidas que contrastan con el resto de la cáscara. Si notas que el color es deslavado o las líneas no son tan visibles, podría ser señal de que la fruta no está en su mejor estado.