Este truco te ayudará a comprar el pollo fresco en el supermercado

El pollo es uno de los alimentos más consumidos en México debido a su versatilidad y valor nutricional, pero elegir el mejor producto en el supermercado es clave para garantizar la seguridad alimentaria y disfrutar de un platillo delicioso. A continuación, te presentamos un truco efectivo y algunos consejos adicionales para que adquieras siempre el mejor pollo fresco.

¿Sabes cómo elegir el pollo? Aunque el pollo troceado puede ser más conveniente, las piezas enteras como pechugas, muslos o un pollo completo suelen conservar mejor su frescura. Al comprar piezas enteras, reduces el riesgo de adquirir partes que han sido manipuladas en exceso o que han perdido frescura por haber sido cortadas hace tiempo.

Aunque este consejo es básico, siempre asegúrate por revisar la fecha de caducidad o de consumo preferente antes de adquirir cualquier producto cárnico. Opta por los paquetes que tienen la fecha más lejana, lo cual indica que el pollo ha sido procesado recientemente. 

El truco definitivo para identificar el pollo fresco

El secreto para asegurarte de que el pollo que llevas a casa es fresco reside en prestar atención a su apariencia, olor y textura. Al llegar a la sección de carnes, sigue estos pasos:

1. Observa el color: El color del pollo fresco debe ser rosado o ligeramente amarillento, con una tonalidad uniforme en toda la pieza. Si observas que tiene manchas grises o decoloración, significa que ha comenzado a descomponerse. Evita las piezas que presenten áreas oscuras o que tengan un color pálido y sin brillo.

2. Revisa la piel: La piel del pollo fresco debe lucir suave y estar bien adherida a la carne. No debe presentar arrugas, flacidez o rasgaduras. Una piel bien estirada y con una ligera humedad es señal de frescura. En caso de que la piel esté pegajosa o reseca, lo mejor es buscar otra opción.

3. Verifica el olor: El olor es uno de los indicadores más claros de la frescura del pollo. Un pollo fresco no debe tener un olor fuerte o desagradable. Si percibes un aroma ácido, rancio o que te resulta molesto, es una señal de que el producto ha comenzado a descomponerse y no es seguro consumirlo.

¿Cómo debo almacenar el pollo fresco para que dure más?

Al llegar a casa, guarda el pollo en el refrigerador lo antes posible. Si no lo vas a cocinar en las próximas 24 horas, es recomendable congelarlo para evitar que se deteriore. Almacénalo en la parte más fría del refrigerador, que suele estar en la zona inferior. Por otro lado, el pollo crudo puede contaminar otros alimentos si no se maneja correctamente. Coloca el pollo en un recipiente cerrado o en una bolsa hermética antes de refrigerarlo para evitar el contacto con otros productos en el refrigerador.

Para garantizar la seguridad alimentaria, cocina el pollo a una temperatura interna mínima de 74°C. Utiliza un termómetro de cocina para asegurarte de que el pollo esté completamente cocido, especialmente en la parte más gruesa.