Tips de cocina
Con estos 4 tips lograrás que tu atole quede dulce, cremoso y delicioso
El atole tuvo sus orígenes en el México prehispánico y es tan deliciosa que se ha conservado hasta nuestros días y existen muchas maneras de prepararloLa temporada de lluvias parece no querer dejarnos y por eso a muchas personas se nos han antojado no sólo pan de dulce, sino también algunas bebidas calientes para no pasarla tan mal. Una de ellas sin duda alguna es el atole, una bebida 100% mexicana que además de hacernos entrar en calor, también nos dan ése apapacho al paladar, especialmente cuando la textura de esta es la adecuada.
Esta bebida se caracteriza por ser espesa, que puede ser de diversos sabores, desde el natural de maíz, hasta sabores populares como el de chocolate, cajeta, galleta de vainilla y de otros frutos, como el de fresa, guayaba, amaranto y un largo etcétera. Por eso es que hoy queremos compartir contigo 4 tips que puedes poner en práctica para que tu atole quede cremoso, dulce y delicioso.
El atole tuvo sus orígenes en el México prehispánico y es tan deliciosa que se ha conservado hasta nuestros días, claro, que pese a que antes se cocinaba en agua, con la llegada de los españoles, se empezó a usar también la leche, que ahora es un ingrediente que a muchas personas les parece infaltables.
1. Prepara una buena base
Para una buena base, lo más importante es utilizar maíz fresco o nixtamalizado de buena calidad. Esto le dará un sabor más auténtico y una textura más suave. Emplea agua fría para disolver la masa o harina de maíz. Esto ayudará a que se cocine de manera uniforme y evite grumos.
3. Tuesta el maíz
Para un sabor más intenso, tuesta ligeramente el maíz o la harina de maíz antes de cocinar el atole.
3. Procura usar endulzantes naturales
El piloncillo es el endulzante tradicional para el atole, le da un dulzor muy particular, más allá del azúcar. Si lo deseas, puedes agregar otros endulzantes como miel o leche condensada para un sabor más intenso.
4. Usa fécula de maíz
Si deseas un atole más espeso, disuelve un poco de fécula de maíz en agua fría y agrégala al atole mientras cocinas. Revuelve constantemente para evitar que se formen grumos. Agrega leche al final de la cocción le dará al atole una textura más cremosa y un sabor más rico.