Lavanda: Guía sencilla para cuidar tu planta y mantener su fragancia

La lavanda, conocida por su aroma relajante y sus múltiples usos en la aromaterapia y la decoración, es una planta que, además de embellecer tu jardín, también aporta un toque de frescura y tranquilidad a tu hogar. Sin embargo, mantener tus plantas de lavanda saludables y fragantes requiere de ciertos cuidados específicos que aseguren su óptimo desarrollo. A continuación, te compartimos algunos tips y consejos para cuidar de esta generosa planta. 

Luz solar

Uno de los aspectos más importantes para el cuidado de la lavanda es su ubicación en el jardín. Esta planta mediterránea prospera en lugares soleados, por lo que es fundamental ubicarla en un espacio donde reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día. La luz solar no solo potencia su crecimiento, sino que también intensifica su fragancia.

Riego adecuado

A diferencia de otras plantas que requieren riegos frecuentes, la lavanda prefiere un riego moderado. Es importante evitar el exceso de agua, ya que esto puede provocar la pudrición de las raíces. Un buen consejo es permitir que el suelo se seque completamente entre riegos. Durante el verano, cuando las temperaturas son más altas, puedes aumentar ligeramente la frecuencia de riego, pero siempre con moderación. 

Protección contra plagas

Aunque la lavanda es resistente a la mayoría de las plagas, es importante vigilarla para evitar problemas como el mildiu o la araña roja. Un tip útil, es mantener un buen flujo de aire alrededor de la planta, evitando que las hojas se mantengan húmedas por mucho tiempo. Además, el uso de insecticidas naturales puede ser efectivo si se detectan plagas.