La avena, es un alimento popular en la cocina por sus beneficios para la salud, y aunque muy pocos lo saben, también es un ingrediente valioso para tu jardín. Utilizar avena como fertilizante es una de las técnica para fertilizar de manera sencilla y efectiva para enriquecer el suelo de tus plantas, proporcionando nutrientes esenciales de manera natural. Además, este método es económico y sostenible, ideal para quienes buscan alternativas ecológicas en el cuidado de su jardín o huerto.
Beneficios de la avena como fertilizante
La avena es rica en nutrientes como el fósforo, potasio y una cantidad moderada de nitrógeno, minerales que tienen un papel importante en el crecimiento saludable de las plantas. Estos nutrientes ayudan a fortalecer las raíces, mejorar la floración y estimular el desarrollo general de las plantas. Además, la avena puede mejorar la estructura del suelo, facilitando la retención de humedad y promoviendo un entorno ideal para las raíces.
Usar avena como fertilizante es un proceso sencillo que no requiere de equipo especializado. Existen dos métodos principales para aprovechar sus beneficios en las plantas: en forma de harina de avena o utilizando avena entera como enmienda directa al suelo.
1. Harina de avena
Ingredientes:
- 1 taza de harina de avena
- 5 litros de agua
Procedimiento
- Disolver la harina de avena en los 5 litros de agua, asegurándote de mezclar bien para evitar grumos.
- Dejar reposar la mezcla durante 24 horas. Esto permitirá que la avena libere sus nutrientes en el agua.
- Después del tiempo de reposo, agitar la mezcla y colar el líquido para separar los restos de avena.
- Utilizar el líquido como fertilizante, aplicándolo directamente sobre el suelo alrededor de las plantas.
Agrega harina de avena y agua para este potente fertilizante. Fuentes: iStock
Este fertilizante líquido es ideal para plantas de interior y exterior, ya que proporciona una dosis rápida de nutrientes y mejora la salud del suelo.
2. Avena entera
Procedimiento
- Esparcir avena entera (cruda) alrededor de la base de las plantas, asegurando una capa uniforme.
- Mezclar ligeramente la avena con la capa superficial del suelo para facilitar su descomposición.
- Regar el área para activar el proceso de liberación de nutrientes.
Este método es más gradual, ya que proporciona una liberación lenta de nutrientes a medida que la avena se descompone en el suelo, beneficiando especialmente a plantas de crecimiento prolongado.