¿Cómo afecta la lluvia a los árboles frutales? Toma en cuenta estos consejos

Si tienes un huerto con árboles frutales, entonces la temporada de lluvias intensas que hemos estado viviendo debe preocuparte. Aunque parezca que la lluvia resulta beneficiosa para los cultivos y nos permite reducir la cantidad de riego, el exceso de este recurso puede causar grandes daños a tus cultivos de forma fácil. En esta ocasión te diremos cómo afecta la lluvia a los árboles frutales y qué puedes hacer para evitar sus efectos negativos.

¿Cómo afecta la lluvia a los árboles frutales?

Si bien la lluvia puede ayudar a regar y nutrir los cultivos del huerto, cuando esta se da en exceso corremos el riesgo de afectar a nuestros árboles frutales de más de una manera. Una de las formas más comunes en las que la lluvia afecta a los árboles frutales es el exceso de agua en el sustrato, lo que puede ocasionar la falta de oxigenación en las raíces y, por lo tanto, problemas de absorción de nutrientes en los árboles e incluso la pérdida de cultivos.

La lluvia abundante también puede ocasionar que el cuajado de frutos y la floración se vean afectados. La lluvia puede lavar el polen, causar problemas en los frutos por exceso de absorción de agua o incluso obstaculizar el trabajo de algunos polinizadores pequeños que sufren con las lluvias excesivas. Además, podemos notar daños en nuestros árboles cuando la lluvia cae de forma intensa, acompañada de vientos fuertes o granizo, ya que esto puede lastimar hojas y ramas.

Por último, no podemos olvidar que el exceso de agua y la presencia de charcos o agua estancada pueden generar las condiciones adecuadas para que las plagas se desarrollen de forma más fácil, lo que posteriormente afectará a nuestros cultivos y ocasionará problemas de salud en nuestros árboles frutales. Por si fuera poco, las condiciones climáticas que vienen con la lluvia, como los cielos nublados, pueden ocasionar una disminución en la fotosíntesis y una menor producción frutal.

Cómo evitar el impacto negativo de la lluvia

Aunque hacerle frente a las lluvias excesivas puede resultar complicado, existen algunos métodos que nos permiten reducir el impacto de este factor en nuestros cultivos. Por ejemplo, podemos colocar un acolchado en nuestros árboles frutales para prevenir la erosión del suelo y disipar la humedad de manera sencilla. También podemos colocar mantas térmicas sobre nuestros árboles e incluso crear un sistema de zanjas que nos permita redireccionar el exceso de agua a zonas donde no afecten nuestros cultivos.