La fibra con la que lavamos los trastes es uno de los utensilios a los que menos solemos prestar atención en la cocina, ya que damos por hecho que este elemento va a durar mucho tiempo en buen estado y, por lo tanto, nos ayudará a mantener nuestros trastes limpios sin problema. Sin embargo, hay ciertas señales que debes buscar en tu esponja para saber que es tiempo de cambiarla. Aquí te contaremos sobre ellas para que puedas sustituir tu fibra y evitar problemas a la hora de la limpieza de trastes.
El material de tu esponja o fibra está muy desgastado
Una de las señales más obvias de que necesitas cambiar tu fibra o esponja para trastes es la integridad del material. Si tu esponja presenta pedazos sueltos, orificios o en general está muy desgastada, es momento de cambiarla, ya que la textura no es la misma y, por lo tanto, el tallado de los trastes ya no es tan efectivo como antes.
Si tu esponja o fibra presenta mal olor
Si descubres mal olor proveniente de tu esponja, también es hora de sustituir este elemento. A menudo, el mal olor significa crecimiento de bacterias en tu fibra, y esto se debe a la acumulación de alimento en el interior, además de otros factores como la humedad o incluso el calor. Por lo tanto, si quieres evitar propagar estas bacterias por toda tu cocina, lo mejor es cambiar la fibra.
Hay manchas o texturas extrañas en tu esponja o fibra
Por último, aunque es menos común, también puedes llegar a encontrar manchas de diferentes colores o incluso texturas pegajosas o viscosas en tu esponja, incluso después de lavarla. Esto también puede ser un indicador de hongos y bacterias creciendo en el material de la fibra, por lo que también será necesario cambiarla para evitar contaminación con tus alimentos o con otros utensilios.

¿Cada cuánto debe cambiarse la esponja para trastes?
Estudios científicos han demostrado que el tiempo recomendado para cambiar tu esponja son 15 días. Sin embargo, cambiarla tan seguido puede resultar en un gasto constante que afectará tu economía. Por eso, también puedes lavar y desinfectar tu esponja continuamente para extender su vida útil y que pueda durarte más tiempo. Aún así, considera cambiar tu esponja antes de que aparezcan los síntomas mencionados para que la hora de la limpieza sea mucho más sencilla.