La manteca corporal, o las "body butter", puede ser un producto cosmético excelente cuando se trata de hidratar y nutrir la piel. Su textura suave y esponjosa deja una sensación refrescante y deliciosa al tacto, y lo mejor de todo es que hay varias versiones que puedes elaborar de forma casera muy fácilmente, como esta que te enseñamos aquí, que utiliza aceite de coco y manteca de cacao para cuidar de tu cuerpo.
Para elaborar correctamente la manteca corporal, necesitamos derretir primero el aceite de coco y la manteca de cacao. Es importante que este paso lo hagas a muy baja temperatura o a baño maría. Esto se debe a que el calor intenso puede hacer que las propiedades de los aceites cambien, y se pueden perder algunos nutrientes en el proceso. Por eso, debes cuidar mucho la temperatura de este paso.
Una vez derretidos y cuando hayan tomado temperatura ambiente, deberemos batir hasta alcanzar una textura cremosa y después integrar la vitamina E, que nutrirá la piel y conservará la mezcla. Además, en este paso también podemos integrar aceites aromáticos que pueden dejar un agradable toque sobre la piel. Para ello, puedes utilizar aceite esencial o algún aceite cosmético.
Manteca corporal casera con aceite de coco y cacao
Que necesitas
- 30 gramos de Manteca de cacao
- 30 gramos de Aceite de coco
- 20 gramos de Manteca de karité
- 1 capsula de Vitamina E
- 10 gotas de Aceite aromático
Paso a paso
- Derrite la manteca de cacao, la manteca de karité y el aceite de coco.
- Deberás hacerlo a baño maría y a bajas temperaturas.
- Retira del calor y deja que tome temperatura ambiente.
- Bate a velocidad alta hasta lograr una consistencia cremosa.
- Abre tu cápsula de vitamina E e intégrala a la mezcla.
- Vuelve a batir hasta que obtengas una textura esponjosa y cremosa.

Una vez que tengas tu manteca corporal lista, puedes aplicarla sobre tu piel, dando un ligero masaje de forma circular, o almacenarla para usos posteriores. Para guardar correctamente tu "body butter", colócala en un frasco de vidrio o plástico con tapa y guárdala en un lugar seco, fresco y alejado de fuentes de calor. Esto ayudará a mantener su textura cremosa.