Las mañanas no nos saben igual sin nuestro respectivo cafecito, que puede ser desde un expreso, americano y hasta un capuchino. Pero muchas personas sabemos que este último es el consentido de muchos, porque tiene espuma, canela y a veces hasta chocolate, pero la magia está justo en el primer elemento que mencionamos.
Y si no eres barista, pero te encanta beber café y más el capuchino, pues estás en el lugar indicado, porque hoy queremos compartir contigo un truco para que le puedas hacer una espuma bien chula a tu cafecito para que lo disfrutes muy bien por las mañanas y ¿quién sabe? Probablemente después de esto, quizá hasta te plantees abrir tu propia cafetería.
El capuchino es un tipo de café que tuvo sus orígenes en Italia y se le conoce por llevar una buena cantidad de espuma ( y por no beberse después de las 11 de la mañana). Sin embargo, aprovechando que estamos lejos de la bota itálica, pues queremos compartir contigo este truco que cambiará a tus capuchinos para siempre.
Condiciones de la leche
Lo primero que debes saber es que el tipo de leche influye para lograr un resultado óptimo en tu capuchino. Lo ideal es optar por la leche entera, ya que tiene un mayor contenido de grasa, lo cual puede ayudar a crear una espuma más estable y cremosa. Además es preferible que esté fría o a temperatura ambiente, para que la espuma se mantenga mejor.
¿Cómo espumar la leche para un capuchino perfecto?
Lo ideal es utilizar un espumador, sea manual o eléctrico, lo más importante es introducir la punta en la leche en un ángulo de 45 grados, moverlo de arriba hacia abajo hasta crear un vórtice con un movimiento circular y cuando la leche haya doblado su volumen y tenga una textura aterciopelada, apaga el espumador.
