Ya viene la primavera, que es uno de los mejores momentos para sembrar o darle cuidados necesarios a nuestras plantas. También para cosechar, claro, pero recuerda que la cantidad de frutos que te den es reflejo de todas las atenciones que recibió a lo largo de su periodo de no floración. Así que tómalo en cuenta para que tus cosechas sean fructíferas.
Dentro de los cuidados que deben de recibir nuestras plantas del huerto urbano está el abono, porque gracias a él le damos a la tierra los nutrientes que necesita para seguir haciendo que nuestro árbol frutal, hortaliza o cualquier otra planta crezca. Por eso hoy queremos compartirte 2 recetas de abono orgánico que puedes hacer con 2 leguminosas.
Aunque existen opciones comerciales, lo mejor es tratar de hacer nuestro abono para que por fin le des nutrientes especiales y particulares a tus plantas. Además del presupuesto que necesitas para uno y otro, sí hay notables diferencias entre el abono orgánico y el comercial.
Diferencias entre abono orgánico y comercial
Mientras el abono orgánico proviene de materiales orgánicos naturales, como estiércol animal, residuos vegetales, compost, restos de comida que se descompone de forma natural, mediante la acción de microorganismos, generando nutrientes y materia orgánica que enriquecen el suelo, el comercial se produce sintéticamente en instalaciones industriales. Generalmente se fabrica mediante la combinación de productos químicos específicos para proporcionar una mezcla de nutrientes balanceada según las necesidades de las plantas.
Beneficios de los abonos de leguminosas en jardinería
Las leguminosas, por su parte ayudan a agregar nutrientes, como el nitrógeno y otros esenciales para el crecimiento de las plantas. También podrían mejorar la estructura del suelo, aumenta su capacidad para retener agua y nutrientes, y fomenta el desarrollo de microorganismos beneficiosos.
1. Abono de alubias o ejotes
Coloca las vainas de alubias o ejotes en una compostera o en un montón de compost y mézclalas con otros materiales orgánicos como restos de comida, hojas secas y estiércol. Déjalas descomponerse durante varias semanas o meses hasta obtener un compost oscuro y rico en nutrientes, que después deberás mezclar con la tierra de tus plantas.
2. Abono de lentejas
Para hacer este abono, sólo debes de cocer lentejas y después mezclarlas con la tierra de tu jardín o compost. También, puedes mezclar en proporciones iguales o ajustar según lo que necesites. Entierra la mezcla alrededor de las plantas o en la base de las macetas.