Nuestro planeta cada año nos pide más ayuda y por más que digas que no puedes hacer nada, la realidad es que cualquier esfuerzo suma algunos días de más aire en la tierra y por eso es que hoy queremos compartir contigo nada más y nada menos que una pequeña guía para que puedas hacer una composta con tus restos de alimentos.
La composta es un abono orgánico que se produce mediante la descomposición controlada y natural de materiales orgánicos, como restos de cocina, residuos de jardín y otros desechos biodegradables. Este proceso de descomposición se conoce como compostaje. Se pueden compostar diversos materiales, como restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, posos de café, papel y cartón (sin tintas ni productos químicos), residuos de jardín como hojas secas y ramas pequeñas, entre otros.
Esta técnica puede ayudar a mejorar la estructura del suelo, aumenta su capacidad de retención de agua, promueve la actividad microbiana beneficiosa y aporta nutrientes esenciales a las plantas. También ayuda a reducir la erosión del suelo. Es bastante común en jardinería y por eso te diremos cómo puedes lograr hacerla correctamente si eres principiante.
Al hacer compostaje, podemos reciclar residuos orgánicos, reduciendo la cantidad de desechos que van a los vertederos y contribuyendo a un ciclo sostenible de nutrientes en la naturaleza.
¿Qué se necesita para hacer una composta casera?
Estos son algunos de los materiales que necesitarás para armar tu composta casera:
- Un recipiente para la composta. Puede ser un cajón de madera, una pila de tierra, o incluso un contenedor de plástico con agujeros en el fondo.
- Residuos orgánicos como: restos de frutas, verduras, hortalizas, café, té, hojas, ramas, flores, etc.
- Tierra. La tierra ayuda a airear la composta y a mantenerla húmeda.

1. Primera capa
Coloca una primera capa de tierra en el fondo del recipiente.
2. Segunda capa
Agrega una capa de residuos orgánicos.
3. Repite
Repite los pasos 1 y 2 hasta que el recipiente esté lleno.
4. Riega y mantén húmeda la tierra
Riega la composta con agua para que esté húmeda, pero no empapada. Cúbrela con una capa de tierra para ayudar a mantenerla húmeda y evitar que los insectos entren.