El durazno es una deliciosa fruta que se puede cosechar a lo largo de todo el año si cuidas correctamente tu árbol. Es por eso que es perfecta para tener en casa. Te diremos cómo germinar una semilla de durazno a partir de la fruta que ya tienes en casa. Sigue el paso a paso que te daremos a continuación.
El primer paso es extraer la semilla del durazno
Lo primero que debemos hacer es extraer la semilla de la fruta, para ello parte el durazno por la mitad con cuidado de no lastimar el hueso y retíralo de la pulpa. Puedes aprovechar la fruta para recetas o consumirla. Lava bien el hueso para retirar los restos de la pulpa y déjalo secar por uno o dos días.
Remoja la semilla correctamente y prepárala para germinar
Una vez que el hueso esté bien seco, envuélvelo en un paño y golpéalo ligeramente con un martillo para abrirlo. El objetivo es extraer la semilla, similar a una almendra, que se encuentra en el centro del hueso. Hazlo suavemente para evitar dañar la semilla. Una vez que tengas la semilla fuera, colócala en un recipiente y cúbrela con agua durante toda una noche. Al día siguiente, elimina las semillas que estén flotando.
Haz germinar la semilla con papel húmedo y aluminio
Con mucho cuidado, elimina la cascarilla café que recubre la semilla de durazno. Colócala sobre una servilleta de papel absorbente, dóblala por la mitad y humedécela bien. Luego, coloca este preparado sobre papel aluminio, doblando a modo de sobre para mantener la humedad. Colócala en un lugar fresco y después de aproximadamente seis o siete días, la semilla habrá generado una raíz y estará lista para plantar.

Hora de plantar la semilla, sigue estos pasos
Para plantar tu semilla utiliza una maceta pequeña con sustrato bien aireado. Coloca la semilla con la raíz de forma horizontal, cúbrelo ligeramente con tierra y riega bien. Después de unas semanas, tendrás una planta fuerte que podrás trasplantar a una maceta más grande o al lugar definitivo del árbol de durazno.