La pancita de res es un platillo bastante reconocido en México, especialmente popular en las mañanas de domingo o como remedio para la cruda después de una noche de fiesta. Aunque es delicioso y reconfortante, preparar este platillo en casa no es tan sencillo, sobre todo por el proceso de limpiar la carne y eliminar el olor tan característico que puede desprenderse. Si alguna vez has intentado hacerla y has tenido dudas sobre cómo quitar ese aroma fuerte, aquí te explicamos el mejor método para limpiarla adecuadamente.
Este platillo tradicional se prepara con el estómago de la res, conocido como pancita. En muchos mercados, se puede encontrar este ingrediente tanto crudo como cocido. Es muy común utilizarla para elaborar menudo o mondongo, dependiendo de la región y las tradiciones culinarias locales. Sin embargo, al ser una carne fibrosa y con una textura algo dura, requiere de un proceso de cocción largo para lograr que quede suave y deliciosa. El desafío principal es que, durante su preparación, la pancita puede liberar un olor fuerte que podría ser desagradable para algunos.
Para los que disfrutan de preparar este guiso, pero desean evitar el olor desagradable, la clave está en limpiarla de manera adecuada antes de comenzar la cocción. A continuación, te contamos cómo quitar ese olor de forma efectiva, para que puedas disfrutar de la pancita sin ningún inconveniente.
Cómo lavar la pancita de res para quitarle el fuerte olor
El primer paso para limpiar la pancita de res es realizar un buen remojo. Para esto, necesitas llenar un recipiente grande con agua fría, agregarle vinagre blanco y el jugo de un par de limones. El vinagre es ideal para neutralizar los malos olores, mientras que el limón le da un toque fresco y ayuda a desinfectar la carne. Puedes dejarla reposar en esta mezcla durante unos 30 minutos o 1 hora, asegurándote de que la pancita quede completamente sumergida.
Pasado este tiempo, deberás frotar la carne con las manos para quitar cualquier resto de impurezas o suciedad que haya quedado en su superficie. Si es necesario, puede cambiar el agua y repetir el proceso, siempre usando vinagre y limón para garantizar que el olor se elimine por completo.
Una vez que hayas terminado de remojar y frotar la carne, el siguiente paso es enjuagarla bien con agua fría para quitar cualquier exceso de vinagre y limón. Después de este lavado, puedes cortar la pancita en piezas más pequeñas, lo que también facilitará la cocción y permitirá que se cocine de manera uniforme. Si tienes tiempo, otra opción es dejarla reposar durante 2 horas en agua fría con una pizca de sal, lo que ayudará a suavizar aún más las fibras y eliminar cualquier rastro de olor.
