Las plantas aromáticas son aliadas imprescindibles en la cocina y la medicina natural, ya que aportan sabor y propiedades curativas a los platillos y remedios. Contar con ellas en casa es una excelente idea, pero, en ocasiones, la mejor manera de conservarlas es secarlas. Este proceso permite almacenar las hierbas por más tiempo y conservar su aroma y sabor. A continuación, te explicamos cómo secar plantas aromáticas en casa, de forma sencilla y efectiva, para que siempre tengas acceso a sus beneficios.
¿Por qué secar plantas aromáticas?
Secar plantas o hierbas aromáticas no solo permite prolongar su vida útil, sino que también facilita su almacenamiento. Las hierbas secas se mantienen en buen estado durante meses sin perder sus propiedades esenciales. Esto resulta muy útil para quienes cultivan sus propias plantas o compran en grandes cantidades, ya que evita desperdiciar hierbas frescas que no se utilizarán de inmediato.
Además, secar plantas como el romero, la albahaca, el tomillo o el orégano potencia sus aromas, lo que significa que necesitarás menos cantidad para obtener el mismo sabor en tus recetas. Existen diferentes técnicas para secar plantas aromáticas, algunas más rápidas que otras. Elegir la más adecuada dependerá del tipo de planta que quieras secar y de los recursos disponibles en tu hogar.

Métodos para secar plantas aromáticas
1. Secado al aire
El método más tradicional y natural es el secado al aire. Este proceso es ideal para hierbas de tallo duro, como el romero o el tomillo, ya que soportan bien la pérdida de agua sin deteriorarse. Para llevar a cabo este método, sigue los siguientes pasos:
- Corta las ramas de las hierbas cuando estén en su punto de madurez, es decir, antes de que florezcan.
- Limpia las hojas con un paño húmedo o pásalas por agua, asegurándote de quitar el exceso de humedad antes de comenzar el secado.
- Agrupa las hierbas en pequeños manojos y átalos con un cordel.
- Cuelga los manojos en un lugar seco, fresco y oscuro, como una despensa o un armario. Asegúrate de que las plantas no reciban luz directa, ya que esto podría afectar su color y aroma.
- Espera entre dos y cuatro semanas para que las hierbas se sequen por completo.
- Una vez secas, desmenuza las hojas y almacénalas en frascos herméticos. Coloca una etiqueta con el nombre de la planta y la fecha de secado para que no pierdas el rastro de su frescura.

2. Secado en horno
Si prefieres un método más rápido, el secado en horno es una opción eficaz, aunque requiere mayor atención para evitar que las hierbas se quemen o pierdan su aroma. Este método es recomendable para plantas de hoja fina, como la albahaca o el perejil. Aquí te indicamos cómo hacerlo:
- Precalienta el horno a la temperatura más baja posible, generalmente alrededor de 50ºC.
- Coloca las hierbas limpias en una bandeja de horno, separando bien las hojas para que no se amontonen.
- Introduce la bandeja en el horno y deja la puerta entreabierta para que escape la humedad.
- Revisa cada 10 o 15 minutos, volteando las hojas para que se sequen de manera uniforme. El tiempo total puede variar, pero suele tardar entre 30 minutos y 1 hora.
- Una vez secas, retira las hierbas del horno y deja que se enfríen antes de almacenarlas en frascos herméticos.
3. Uso de deshidratador
Si cuentas con un deshidratador de alimentos, este aparato facilita el proceso, ya que está diseñado para eliminar la humedad de manera controlada y uniforme. Solo necesitas colocar las hierbas en las bandejas, ajustar la temperatura recomendada (generalmente entre 35ºC y 45ºC) y esperar de 4 a 8 horas, dependiendo de la planta.