¿Qué poner en un altar de Día de Muertos para niños? Esta es la fecha en la que debes hacerlo

El Día de Muertos es una de las tradiciones más representativas de México, y el altar de muertos es un ritual indispensable en esta celebración. A través de la ofrenda, los vivos honran y recuerdan a los difuntos, compartiendo con ellos alimentos, objetos y flores que simbolizan la unión entre el mundo terrestre y el espiritual. En el caso de los niños, conocidos como “angelitos”, el altar adquiere un toque especial y tierno, con detalles que reflejan su inocencia. Aquí te contamos qué debe llevar un altar para niños y cuál es el día indicado para ponerlo.

¿Cuándo se pone el altar para los niños?

La fecha dedicada a los niños fallecidos es el 31 de octubre, cuando las familias elaboran un altar especial para recibir a las almas de los “angelitos”. Se cree que estas ánimas llegan el 1 de noviembre para disfrutar de los alimentos y objetos colocados en su honor. Este día es conocido como el Día de Todos los Santos, y aunque también se conmemora a adultos que han fallecido en circunstancias especiales, los niños ocupan un lugar preponderante en la ofrenda.

El altar dedicado a los niños, al igual que el de los adultos, es un espacio cargado de simbolismo. Sin embargo, existen diferencias en los elementos que se colocan, ya que estos deben adaptarse a la pureza y la juventud de las almas que se reciben.

Elementos que debe tener la ofrenda dedicada a los niños

Flores

El color blanco simboliza la pureza e inocencia de los niños. En los altares dedicados a ellos, se utilizan flores de cempasúchil en esta tonalidad, que guían el camino de las ánimas hacia su hogar. También es común ver candelabros blancos, que acompañan la luz de las velas encendidas.

Dulces de alfeñique

Los dulces son imprescindibles en este tipo de ofrenda. El alfeñique, una pasta hecha de azúcar, se moldea en formas de animalitos, canastitas, flores y otros objetos que los niños podrían disfrutar. Estas figuras, además de coloridas, representan el cariño con el que se espera la llegada de los pequeños difuntos.

Comida sin condimentos

A diferencia de los altares para adultos, donde la comida suele tener sabores intensos, en el altar de los niños se evita el chile y otros condimentos fuertes. Se preparan platillos sencillos, adaptados al paladar infantil. Entre los alimentos que más se colocan están los panes pequeños, tortillas, frutas frescas y el dulce de calabaza, un postre tradicional que simboliza la dulzura de la vida.

Juguetes de barro

En algunos lugares, los altares para los niños se adornan con pequeños juguetes de barro pintados de colores vivos. Estos juguetes representan el entretenimiento que los “angelitos” disfrutan en la vida y se colocan para que las almas puedan divertirse durante su visita. Figuras de muñecas, carritos y animales son algunas de las opciones más comunes.

Veladoras

Al igual que en los altares de adultos, las veladoras juegan un papel importante. Se encienden para guiar el camino de las ánimas hacia su hogar blanco, pero en este caso, se busca que las velas tengan colores suaves, en sintonía con el ambiente de pureza que caracteriza la ofrenda infantil.

Miniaturas

En los altares dedicados a los niños, los objetos se colocan en versión miniatura, desde los paneles hasta los elementos decorativos. Se cree que si los objetos son demasiado grandes o pertenecen a un altar de adultos, los pequeños podrían sentirse incómodos y no disfrutar de la ofrenda.