Los frijoles son un alimento popular y muy consumido por las familias mexicanas. Exquisitos platillos pueden prepararse con esta legumbre. Este alimento permitió a las antiguas civilizaciones tener una dieta mucho más nutritiva, siendo un elemento básico de la cocina, que hasta el día de hoy sigue presente en nuestras mesas.
Los frijoles pertenecen a la familia de las leguminosas y en todo el mundo se conocen alrededor de 150 especies, en nuestro país se encuentran 70 variedades de distintos colores y tamaños, así lo menciona la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Los frijoles forman parte de diferentes platillos y antojitos mexicanos, ¿quién podría negarse a unas deliciosas enfrijoladas para el desayuno?, o en otras versiones como los frijoles charros, platillo tradicional del norte de México.
Presentaciones para degustarlos hay muchos, la receta de los frijoles refritos son una de las más socorridas cuando queremos tenerlo como guarnición para acompañar a los platillos principales o para untarlos en los clásicos molletes. Si en casa tuviste la oportunidad de prepararlos refritos y quieres almacenarnos en congelación para conservarlos por más tiempo, ye damos unos tips sencillos para que no se echen a perder.
Tips para congelar los frijoles refritos
En muchas ocasiones cocinamos más cantidad de este alimento y al final del día no sabemos ya cómo prepararlos y por nada del mundo queremos desecharlos. Así que si habías estado probando diferentes métodos para evitar que se echen a perder una forma de lograrlo es congelarlos.
Para ello lo primero que debes hacer es que si en casa recién acabas de preparar una buena cantidad de frijoles refritos debes dejar que enfríen a temperatura ambiente para después continuar con el proceso de almacenamiento. Te recomendamos que si en los próximos días requieres de esta preparación reserves en un recipiente la cantidad que estimas ocupar.
Ahora bien, una vez que los frijoles refritos se encuentran fríos coloca varias porciones en diferentes bolsas herméticas, trata de que la distribución sea adecuada según el consumo que se haga en casa. Al tratarse de una preparación espesa no corres el riesgo de que algún líquido se derrame. Sólo ten en consideración que la bolsa debe de estar perfectamente sellada.
Al cerrar la bolsa, trata de eliminar el exceso de aire, aplana la bolsa con los frijoles, de tal forma que al momento de congelarse quede bien distribuido y puedas tener más espacio en tu nevera. De ser posible colca etiquetas con la fecha de congelación.
Cuando requieras consumir los frijoles refritos, se recomienda retirarlos primero del congelador y pasarlos a refrigeración por un par de horas, de esta forma estarás evitando que se echen a perder. Cuando creas que ya se puede manipular la bolsa donde se almacenaron se aconseja recalentarlos y añadir un poco de aceite o agua para que el alimento vuelve a su consistencia de preparación inicial.