¿Qué es el bicarbonato de amonio y cómo se usa correctamente en repostería?

¿Alguna vez has escuchado hablar del bicarbonato de amonio? Este es un polvo que no debe de confundirse con el bicarbonato de sodio, pues aunque cuentan con fines muy similares, su uso dentro de la cocina es bastante diferente, por eso esta vez te contaremos de qué se trata este ingrediente de la repostería y cómo se usa para darle cuerpo a bollos, pasteles, galletas y otras preparaciones dulces. 

Qué es el bicarbonato de amonio

El bicarbonato de amonio es un ingrediente utilizado en la repostería y en la panadería como gasificante y mejorador de la textura en masas, se trata de una sal ácida en forma de un polvo cristalino y blanco. A este producto también se le suele conocer como bicarbonato amónico y se puede conseguir fácilmente en tiendas especializadas y comercios de materias primas para repostería. 

Para qué se usa el bicarbonato de amonio en repostería

El bicarbonato de amonio tiene un aroma muy característico que proviene del amoniaco (que no se percibe en el resultado final), al ser un gasificante funciona como una levadura química, es decir, tiene un efecto muy parecido al bicarbonato de sodio, se suele agregar a masas para que al cocinarse estas liberen gases, dando una textura esponjosa y aireada, además de aumentar el volumen de preparaciones como panes, bizcochos y galletas. Al mismo tiempo suele dar una corteza crujiente y dorada, lo que le da un aspecto increíble a las preparaciones. 

Cómo se usa el bicarbonato de amonio

El bicarbonato de amonio se debe de agregar en cantidades muy pequeñas, de hecho se suele incorporar una porción de 1 a 2 gramos de este producto por cada kilo de harina así que es recomendable usarse siempre con la ayuda de una gramera o una báscula que permita integrar correctamente las cantidades necesarias en tus preparaciones. Además se suele utilizar en compañía de otras levaduras químicas, por lo que a menudo se le ve acompañado de elementos similares.

Recomendaciones

Se desaconseja su uso en masas que sean demasiado densas o pesadas, ya que estas no van a permitir la salida del gas de amoniaco que se libera al cocinar el bicarbonato de amonio, de esta forma tus panes pueden quedar con un sabor muy desagradable. Por eso solo se suele utilizar en recetas ligeras y preparaciones como panes y bizcochos con migas muy aireadas.