El mejor tip para mantener la lechuga fresca y crujiente hasta por un mes

Tener lechuga en casa es una de las mejores decisiones que podemos tomar para estar saludables, pues gracias a sus propiedades nutricionales es excelente para bajar de peso, mejorar el tránsito intestinal, fortalecer el sistema inmunológico o combatir el estrés y la ansiedad, entre muchos más beneficios. Esto se debe a su rico contenido de agua, vitamina C, folatos, provitamina A, vitamina E, fósforo, hierro, calcio y diversos antioxidantes como la quercentina y el kaempferol.

Su consumo data de las antiguas culturas de sumerios, persas, egipcios, griegos y romanos, quienes cosechaban la lechuga para consumirla en sus comidas para refrescarse, además de que les gustaba particularmente antes de ir a dormir para conciliar mejor el sueño, pues sele atribuyen propiedades calmantes y sedantes. Pero mantener la lechuga fresca y crujiente no parece tarea fácil, especialmente en esta época de calor que todos los vegetales se "apachurran".

Por eso, en esta ocasión te queremos compartir el mejor tip para mantener la lechuga fresca y crujiente hasta por un mes, no creerás lo fácil que es poner en práctica este consejo y lo bien que se conserva por más tiempo este vegetal. Lo mejor de todo es que podrás disponer rápidamente de ella cuando quieras e incluso es posible que no la tengas almacenada por tanto tiempo, pues se te antojará mucho más por su consistencia crocante y su apariencia brillante.

Mantén la lechuga crujiente y fresca por un mes

Cuando metes la lechuga al refrigerador, tiende a perder sus propiedades, porque el frío la quema y además acelera el proceso de maduración por lo que se echa a perder rápidamente.

Si la metes en bolsa seguramente te ha pasado que se empieza a remojar y con la humedad se aguada y se hace negra, pudriéndose en unos 3 a 7 días, además de que pierde esa consistencia crocante que nos encanta en la ensalada.

¿Entonces cómo almacenarla para que esté siempre crujiente y fresca? Pon a prueba estos pasos y haz que tu lechuga se vea como el primer día, hasta por un mes.

1. Corta la lechuga

Ya sea orejona, romana o iceberg, corta la lechuga en trozos, así ocupará menos espacio y será más fácil manipularla.

2. Lava y desinfecta

Enjuaga muy bien la lechuga para eliminar la tierra, luego desinféctala si no es orgánica, escurre y deja secar bien.

3. Seca

Sirve la lechuga picada en una servilleta de cocina para secar el exceso de agua.

4. Almacena

Mete la lechuga en un recipiente con tapa, de preferencia de vidrio, coloca otra servilleta absorbente y tapa. Voltea boca abajo y mete al refrigerador.

5. Lechuga crujiente y fresca por un mes

La próxima vez que saques tu lechuga, estará lista para disfrutarse crujiente y fresca por hasta un mes. Cada que saques una porción, cambia la servilleta y mantén el recipiente boca abajo.